Los mariscadores preparan una nueva queja ante la Unión Europea por culpa de los vertidos del último año. Por este motivo, realizarán un nuevo inventario con los focos de contaminación de la ría de A Pasaxe de los últimos doce meses, aunque, en realidad, no necesitan recorrer el litoral porque ya saben donde se encuentran. Según el colectivo, los derrames se concentran en la localidad de A Coruña, pese a que el Ayuntamiento defiende su política medioambiental contra la contaminación.

La Cofradía de Pescadores inspecciona casi a diario la ría en virtud del convenio firmado con la Xunta para los trabajos de regeneración y recuperación de los bancos marisqueros. El colectivo conoce mejor que nadie cómo se encuentra la ría y asegura que el principal foco de contaminación se ubica en el río de Quintas, dentro de A Coruña, en los límites con el municipio de Culleredo y muy cerca del puente de A Pasaxe.

Los mariscadores observan que en los últimos meses la mayor parte de los vertidos procede del río de Quintas y de otros puntos del litoral coruñés, con especial relevancia para el río Monelos, que desemboca en las instalaciones del puerto, en concreto, en el muelle Petrolero, junto a las instalaciones de Repsol. Otro de los focos de los que siempre se quejaron desde la cofradía es en el muelle de Oza.

Sus quejas sobre el río de Quintas poco o nada tienen que ver con las explicaciones municipales. En los últimos años, el Ayuntamiento defendió que los casos eran puntuales. Cuando los mariscadores no paraban de denunciar derrames en el verano de 2008, el alcalde, Javier Losada, presumió de su apuesta por el medio ambiente y de la puesta en marcha de la depuradora -prevista entonces para finales del año pasado, pero que todavía está en obras-, pese a que la Fiscalía ya había incluido en su denuncia el río de Quintas como uno de los principales focos de contaminación.

Desde la patrulla de la cofradía que de forma más habitual vigila la ría y alerta al servicio de guardacostas de nuevos vertidos también destacan que en el caso opuesto al de A Coruña se encuentra Culleredo, pues reconocen que existe un mayor control desde las autoridades locales. En Oleiros y Cambre, sí detectan derrames de aguas fecales e industriales, aunque nunca llegan a los niveles de A Coruña.