Un hombre se sentará en septiembre en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal número 4 de A Coruña por tratar de estafar al camarero que le sirvió un refresco. El individuo, según asegura el representante del Ministerio público en su escrito de calificación sobre los hechos, entró el 14 de mayo de 2008 sobre las once y media de la mañana en una cafetería situada en la calle Riego de Agua y pidió un refresco.

El imputado solicitó la cuenta y no dudó en sacar un billete falso de 500 euros para pagar los 1,70 euros que costaba el refresco. El trabajador del establecimiento se percató de que el billete era falso y denunció los hechos. La Fiscalía imputa al hombre un delito de falsificación de moneda por el que solicita que sea condenado a pagar una multa de 5.400 euros. El fiscal tuvo en cuenta a la hora de realizar su informe sobre los hechos la agravante de reincidencia, ya que el acusado tiene antecedentes penales por cometer hechos similares.

El juicio estaba previsto que se celebrase ayer en el Juzgado de lo Penal número 4 de A Coruña, pero se suspendió porque uno de los testigos no está localizado. Una de las letradas que asistirá a la vista oral protestó porque el juzgado no la avisó de que no se iba a celebrar. "Vine a preguntar y no me dijeron nada. Lo normal es que envíen un fax para no hacer perder el tiempo y el dinero", subrayó. El imputado, que está interno en el centro penitenciario de Teixeiro, volverá a ser trasladado al Juzgado de lo Penal número 4 el 9 de septiembre.

La Audiencia Nacional condenó a pagar una multa de 590 euros a dos individuos que pagaron en una gasolinera con un billete falso de veinte euros. La Guardia Civil detuvo a los procesados cuando circulaban por una carretera de A Coruña y durante el registro del vehículo en el que viajaban los agentes se incautaron de 74 billetes falsos de veinte euros que escondían debajo de la palanca de cambios.

Al día siguiente, según la sentencia, los procesados fueron arrestados después de que los agentes interceptasen 47 billetes falsos que escondían en el interior del enmoquetado del techo del coche en el que viajaban. Los procesados reconocieron los hechos que les imputaba el Ministerio fiscal, que los acusaba de cometer un delito de tenencia de moneda falsa para su distribución y una falta de estafa.

Los sospechosos admitieron haber poseído billetes falsos de veinte euros y pagar con uno de ellos en una gasolinera. El letrado de los individuos llegó a un acuerdo con el representante de la Fiscalía sobre la pena, por lo que el juicio no llegó a celebrarse. Los procesados admitieron los hechos y aceptaron la pena pactada. Así, el tribunal dictó sentencia oral en la sala por la que condenó a cada uno de los imputados al pago de una multa de 500 euros por cometer un delito de tenencia de moneda falsa y al abono de 90 euros por la falta de estafa.