Los más de 140 vecinos del edificio Herradura de Labañou exigirán, una vez más a la Xunta, que arregle sus fachadas tras la caída de cascotes ayer por la tarde.

Los bomberos tuvieron que acudir a la zona para limpiar los desperfectos y acordonar la zona debido al mal estado de las paredes del inmueble; de esta intervención saldrá un informe que el cuerpo antiincendios entregará al departamento de ruinas del Ayuntamiento para que urja a los propietarios del edificio a sanear la zona y, de este modo, minimizar el riesgo de caída de cascotes como el que se registró ayer.

Los vecinos de Herradura aseguran que, ya el primer año que habitaron sus viviendas, que fueron construidas por la Xunta y sobre las que el Gobierno gallego tiene competencia, empezaron a notar grietas y pequeños desperfectos que, casi veinte años después, han desembocado en desprendimientos puntuales de trozos de fachada.

"Nos dicen que nos los van a arreglar y nunca vienen aquí a nada porque nos lo tienen que hacer gratis", se quejaba ayer una perjudicada por la caída de cascotes que, aunque enfadada, se alegraba de que no hubiese ocurrido "una desgracia", ya que los fragmentos de la pared pasaron rozando a dos niñas que estaban jugando en la zona.

"Es un peligro porque la fachada se cae como si fuera de mantequilla a nada que le toques y ahora los niños juegan en la calle con pelotas", decía esta vecina que, en septiembre, celebra su aniversario número 17 entre las paredes del edificio Herradura.

Los residentes esperan ahora que el Ayuntamiento interceda para que el Gobierno autonómico se haga cargo de la reforma de un edificio que "se cae a cachos" desde hace ya unos años y que supone un peligro no sólo para los que viven en él, sino también para los que, ocasionalmente, pasan por su lado, ya que los trozos de fachada se desprenden aleatoriamente de todo el frente del inmueble. Son más de un centenar los damnificados directos ya que son una decena de edificios con catorce portales.

Arde un coche en Monte Alto

Los bomberos tuvieron que acudir ayer, pasadas las once de la noche a la calle Doctor Ferrán, en el barrio de Monte Alto, para apagar un coche que estaba ardiendo pero que no ocasionó problemas a los vecinos de la zona.