El sistema antiniebla que comenzó a funcionar en el aeropuerto de Alvedro el 17 de enero de 2008 parece estar siendo fiel a su cometido: reducir las dificultades de aterrizaje en días de escasa visibilidad, principal causa de los desvíos y cancelaciones de vuelos en el aeródromo coruñés. En concreto, desde la implantación del ILS (Instrumental Landing System) de categoría II-III, el número de travesías que, a causa de situaciones de baja visibilidad o con fuertes vientos, se han quedado en tierra o han cambiado su destino por, habitualmente, el aeropuerto de Lavacolla, ha descendido un 88%.

En el ejercicio 2007, último año en el que funcionó el sistema antiniebla de categoría I en Alvedro, se registraron 98 desvíos y 94 cancelaciones de vuelos de un total de 18.730 operaciones -un 1,08% del total-. Según datos proporcionados por Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), las cifras mejoraron muy notablemente con la instalación del nuevo ILS: en 2008 hubo 11 desvíos y 11 cancelaciones entre los 17.791 vuelos programados -un 0,12% del total- y, en 2009, el aeropuerto notificó 11 desvíos y 12 cancelaciones de las 16.236 operaciones previstas en todo el año -un 0,14% del total-.

La compleja orografía que rodea al aeropuerto, muy próximo a la ría de O Burgo y a montes que dificultan las maniobras de los aviones, impide utilizar el ILS de categoría III, a pesar de que el sistema antiniebla instalado tiene capacidad para operar tanto con este como con el anterior en lo que a su porcentaje de efectividad se refiere.

El sistema de aterrizaje instrumental (las siglas de Instrumental Landing System en inglés) permite a los pilotos acercarse con los aviones más o menos -en función de si la categoría del dispositivo es la I, II o III- a la pista de aterrizaje para decidir si continuar con la maniobra de descenso o frustrarla. De este modo, el ILS II-III posibilita que, en días de niebla, los aviones lleguen a sobrevolar la entrada de la autopista, mientras que con el anterior sistema, el ILS I, los pilotos estaban obligados a determinar a la altura de Montrove si tenían suficiente visibilidad para aterrizar.

No obstante, pese a la notable mejora proporcionada por el cambio de sistema, si se pusiese en marcha la categoría más efectiva, la decisión de tomar o no tierra podría definirse en la cabecera de la pista; sin embargo, las variables orográficas en las que se emplaza Alvedro obligan a que la calificación de la máxima categoría posible a instalar deje fuera a la número III.

El dispositivo antiniebla de un aeropuerto está formado por una serie de antenas que emiten una señal eléctrica con la que guían a los aviones para que desciendan, permitiendo que los pilotos sigan la señal sin necesidad de ver la pista para realizar la maniobra de aterrizaje. En el caso de Alvedro se instalaron dos antenas, una para centrar a las aeronaves en la mitad de la pista y otra para marcar el descenso; así, según se acerca el avión a la pista, el dispositivo traza una línea recta que se convierte en una perfecta senda de descenso.

Las obras del nuevo aparcamiento del aeropuerto de Alvedro, que contará con 1.800 plazas distribuidas en cuatro plantas, van a buen ritmo. Al menos así lo anuncian fuentes de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) al señalar que los trabajos finalizarán "en las fechas previstas".

Aunque AENA nunca concretó la fecha de finalización de las obras del parking, la directora del aeródromo coruñés, Cristina Echevarría, afirmó a mediados de julio, durante la presentación del comienzo de la última fase de las obras, que la inauguración del nuevo garaje se celebrará "antes de final de año", un plazo ratificado por una portavoz de AENA: "Está previsto para Navidades", apunta.

El aparcamiento contará con 1.800 plazas repartidas entre cuatro plantas, de las cuales tres serán subterráneas y una cuarta servirá de estacionamiento superficial para los coches de alquiler. Con el subterráneo prácticamente finalizado, los operarios se centran estos días en la impermeabilización de la cubierta del parking y de la marquesina ubicada en la superficie; además, tienen el cometido de urbanizar la zona, pavimentarla e instalar las señales oportunas.

Dado que la remodelación de los accesos a la terminal supone alejar los viales de la actual entrada y habilitar una explanada cubierta, se instalará un carril para los taxis, otro para particulares y un tercero para quienes paren unos minutos y dejen o recojan pasajeros.