"Benvidos, welcome, bienvenue, willkommen, benvenuti". Así recibió ayer el rector de la Universidade da Coruña, José María Barja, o al menos lo intentó, a los estudiantes Erasmus y de intercambio que pasarán este curso en la ciudad y que definió como "la avanzadilla de ese gran proyecto de Europa social que no sólo enriquece a los alumnos protagonistas, sino también a los países y a sus universidades". Pese a que la tradicional juerga universitaria de la noche de los jueves llevó a una gran parte de los recién llegados a no asistir al acto de recepción que se ofició en A Maestranza, los campus de Elviña, A Zapateira y Riazor presumirán de contar con 254 jóvenes extranjeros durante el curso 2010-2011, un 6% más que los matriculados el pasado año académico.

Tras recoger la camiseta, el plano de la ciudad y la carpeta que conformaron su kit de bienvenida, los estudiantes europeos y americanos -la mayor parte procede de Polonia, Italia, Francia, Alemania y Brasil-, tomaron asiento en las sillas del Paraninfo, apoyaron sus cabezas sobre sus puños y fruncieron el ceño esforzándose por entender lo que tanto Barja como la vicerrectora de Estudiantes y Relaciones Internacionales, María José Martínez, les explicaban en gallego. Primero les agradecieron que se decantasen por la Universidade da Coruña y a continuación les comentaron que, además de sacar el curso, tienen una "gran oportunidad" para conocer Galicia "a fondo", algo que incluye, apuntaron, "la belleza de sus paisajes, la gentileza de sus gentes, su cultura y, por supuesto, el idioma"; una lengua que, aunque parecía totalmente nueva para los protagonistas del acto, treinta de todos ellos tuvieron la oportunidad de conocer durante el curso intensivo de gallego para estudiantes extranjeros impartido, por primera vez, al igual que el de catalán, euskera y valenciano, hace unos meses.

Con un dominio mayor de los idiomas que el del rector de la Universidad, el vicerrector de Cultura y Comunicación, Luis Caparrós, inició su discurso en inglés, continuó en italiano y, finalmente, se decantó por el castellano. Entre chascarrillos, destacó algunas de las actividades y ofertas de ocio a las que los estudiantes podrán acudir para descubrir la ciudad e hizo hincapié en la necesidad de olvidar "los tópicos que insisten en dar una imagen estereotipada de España, con toreros, sangría y flamenco".