"Vamos a seguir haciendo ruido", aseguraba ayer Emilia Sánchez, una de las integrantes del ANPA de Curtis que participó en el encierro de 13 días en protesta por la supresión del ciclo de Electricidad. Dicho y hecho. Las pitadas, silbidos y vuvuzelas marcaron ayer la apertura de la XI Feira do Cogumelo de Teixeiro e hicieron prácticamente inaudible el discurso de los responsables municipales.

"Cuando hable el alcalde pitad todo lo que queráis, pero a Ramón (en alusión al pregonero) que se le escuche", ordenaba una de las promotoras de la protesta en la que participaron alrededor de medio centenar de personas, entre padres, alumnos, concejales y alcaldes del BNG, entre ellos la de Vilasantar, Manuela García Freire, y el de Arzúa, Xaquín García Couto.

La manifestación partió al mediodía del Ayuntamiento. Las fuertes lluvias no amilanaron a los padres y alumnos del centro que, portando pancartas en las que podía leerse Polo futuro dos nosos fillos o Non al cierre de ciclos no rural, recorrieron varias calles de Teixeiro hasta desembocar en la plaza de España justo a tiempo para la apertura de la Feira do Cogumelo.

Aunque no traspasaron la entrada de la carpa, estuvieron más que presentes en una inauguración que contó con menos gente de la prevista debido a las fuertes lluvias . "Más educación y menos setas", fue uno de los mensajes que le dedicaron al alcalde, Javier Caínzos (PP), que permaneció imperturbable a las pitadas pese a que el ruido llegó a ser atronador, como avisó la Guardia Civil a una de las madres.

Aunque el regidor evitó dirigirse a los manifestantes, no ahorró críticas al ser consultado sobre el asunto. "Es una protesta orquestada por el BNG", aseguró y añadió con ironía: "Parece que empezó la campaña, ¡pues bienvenida sea!".

El alcalde aseguró que hizo lo que estuvo en su mano para mantener el ciclo y cargó contra los políticos que "encabezaron" la manifestación, en concreto contra sus homólogos de Vilasantar y Arzúa, a los que acusó de "intentar boicotear la Festa do Cogumelo".

Caínzos acusó a los manifestantes de causar tensiones innecesarias, retrasar el programa de actos y hacer desistir a varios vecinos de acceder al recinto. Consultada sobre el asunto, la alcaldesa de Vilasantar sostuvo que acudió al acto en apoyo a los padres y negó el boicot al que apeló Caínzos. La alcaldesa asegura que no se impidió el acceso al recinto y que no hizo sonar ninguna vuvuzela, bocina o silbato. "Fui para mostrar mi rechazo a una política contra el rural", sostuvo la regidora, que recordó que la protesta finalizó a las dos de la tarde.