La fuerza del temporal que ha barrido la ciudad y su comarca durante las últimas horas se ha dejado sentir en las obras del puerto exterior y ha dañado el dique principal, que no ha resistido el oleaje que entre la noche del lunes y ayer por la mañana se registró en la zona de punta Langosteira. Como consecuencia de las olas de hasta 17 metros de altura que golpearon el litoral coruñés durante las últimas horas, algunos de los bloques de hormigón de varias toneladas que componen la estructura fueron desplazados por las aguas.

Un tramo inacabado del espigón fue el que sufrió mayores daños debido a que todavía no posee la cobertura del espaldón. Sin la protección de este muro compuesto de cientos de bloques de cemento, los embates del mar derrumbaron parcialmente doscientos metros del dique principal, a pesar de que la Autoridad Portuaria había ordenado reforzar determinados puntos de la estructura en previsión de la violencia con la que iba a golpear el temporal.

La parte dañada había sido fortalecida con dos capas de bloques de hormigón, según indicó ayer mediante un comunicado el Puerto. Sin embargo, el resguardo de la estructura principal y más reconocible del puerto exterior frente a los golpes de mar lo aporta el espaldón, todavía inacabado en varios tramos a pesar de que la distancia total del dique se completó el pasado mes de agosto y está previsto que la estructura se termine el año que viene, incluido el martillo que corona el espigón.

Prueba de la importancia del conocido como espaldón es que las zonas en las que ya está construido soportaron sin problemas los efectos del temporal y las olas de varios metros que se midieron en el área de punta Langosteira.

El máximo registrado entre el lunes y la jornada de ayer fue de 17 metros y la media se situó finalmente en diez, según las mediciones facilitadas por parte de la Autoridad Portuaria.

Los registros son similares a los del temporal más violento que ha soportado hasta la fecha el puerto exterior, cuando el litoral coruñés sufrió el paso de los restos del ciclón Klaus. En enero de 2009, con el dique todavía incompleto, las olas pudieron superar los veinte metros de altura. Y se trata tan sólo de una estimación. La boya colocada en punta Langosteira dejó de funcionar y el cálculo se efectuó con los datos de otras estaciones. Los efectos de aquel temporal hicieron que el morro provisional con el que se remataba el dique con el fin de cada campaña de trabajo - comprendida entre marzo y octubre- fuera engullido por el mar.

Los avisos de la llegada del temporal hicieron que la Autoridad Portuaria y la dirección de la obra activaran el pasado viernes el protocolo de seguridad por el cual los trabajos quedarían paralizados mientras durasen las condiciones meteorológicas extremas.

Tan sólo el personal de oficina acudió a sus puestos estos días en Langosteira. El Puerto analizará a partir de ahora, cuando el temporal haya pasado completamente, los efectos y daños sobre la obra y las actuaciones que tendrán que acometer para acabar de construirlo.