La Autoridad Portuaria ha justificado los daños sufridos en el dique del puerto exterior a la duración del temporal y el tiempo total que la obra tuvo que soportar condiciones meteorológicas adversas. Las más de doce horas que las instalaciones todavía inacabadas tuvieron que resistir olas de hasta 16 metros de altura son la principal razón por la que un tramo del espigón se derrumbó parcialmente, según el Puerto. Eso y el hecho de que la parte del dique dañada está todavía incompleta, según algunos expertos en ingeniería consultados por este periódico.

Los datos recogidos por la boya instalada frente a punta Langosteira mostraron que la ola de mayor magnitud que se registró desde la noche del lunes en la zona alcanzó los 16,56 metros. Éste no fue sin embargo el mayor golpe de mar al que se han tenido que enfrentar las instalaciones desde el comienzo de las obras -los restos del ciclón Klaus dejaron en el litoral coruñés olas de hasta veinte metros-, pero la "energía" con la que el temporal golpeó el puerto exterior sí ha alcanzado cotas antes nunca vistas. Así lo ha expuesto la Autoridad Portuaria, que ha destacado la duración del temporal los intervalos de tiempo entre cada ola.

Durante doce horas, desde las once de la noche del lunes hasta las once de la mañana del martes, se registraron olas de una altura media de diez metros, de nuevo según los datos registrados por la boya y facilitados ayer por el Puerto. Al mismo tiempo, los espacios de tiempo entre un golpe de mar y otro fueron más largos de lo normal, de hasta 20 segundos.

La Autoridad Portuaria, empleando estos datos sobre la intensidad del temporal que ha soportado la ciudad y su comarca durante las últimas horas, ha insistido en que la parte del dique completamente finalizada soportó los embates del mar sin problemas. Fue un tramo todavía inacabado el que sufrió los desperfectos que todavía están pendientes de evaluar.

La magnitud de los daños, sin embargo, sólo puede establecerse a partir del nivel de acabado en el que actualmente se encuentre la zona afectada, según han precisado varios expertos en ingeniería. A primera vista, han advertido, lo más probable es que la zona afectada sea el avance de la estructura, es decir, el relleno efectuado para completar la longitud total del espigón (3,4 kilómetros). Esto precisamente es lo que ha defendido la Autoridad Portuaria desde que ayer se detectaron los daños en el elemento principal de protección del futuro puerto exterior. Ayer, de nuevo, el Puerto insistió en que el tramo de doscientos metros golpeado por las olas no dispone todavía de las capas de "escollera", bloques de hormigón y, lo que es más importante, del "espaldón" que le otorgará al dique su aspecto definitivo. De ser así, de ser como argumenta el Puerto que la estructura está inacabada, los daños serían "mínimos" y relativamente fáciles de reparar. En caso contrario, en el caso de que hubiera una estructura plenamente consolidada, el dique habría demostrado que no soporta las condiciones marítimas adversas, según han indicado varios ingenieros. Sería más preocupante, resumieron los expertos consultados, que con el dique terminado se produjeran destrozos debido a la fuerza de las olas porque el coste de reparación se elevaría y podría incluso afectar a la estructura interna del espigón debido principalmente a que la defensa exterior y los bloques de hormigón no resistieron las fuerzas del temporal.

Es previsible, exponen los ingenieros, que con la estructura completamente terminada, el dique, incluida la parte dañada por el temporal, se comporte del mismo modo que la zona finalizada. Esto es, la parte que cuenta con el muro de protección para evitar que los golpes de mar superen el espigón se mostró efectiva en los lugares en los que ya está completada. Precisamente lo que evita este elemento conocido como "espaldón" es que las olas rebosen hacia el dique, que según los expertos es la causa principal por la que se pudieron haber producido los daños en el dique el martes.

La Autoridad Portuaria y la dirección de obra de punta Langosteira tienen programado hoy, si las condiciones meteorológicas lo permiten, evaluar los daños causados por el temporal en el tramo de la estructura dañada. El Puerto maneja la previsión de que a partir de esta jornada el oleaje remita y se pueda acceder con total seguridad a la zona para comprobar de primera mano de qué modo afectaron al espigón las olas de hasta 16 metros que durante doce horas, entre la noche del lunes y la mañana del martes, golpearon ininterrumpidamente esta parte de las instalaciones de punta Langosteira. La Autoridad Portuaria también informó que, después de dos días con los trabajos completamente paralizados, los operarios regresaron a sus puestos ayer con total normalidad, aunque en la zona afectada por el temporal no se podrá retomar la actividad hasta el lunes.

Las obras se reanudaron en las partes del dique que están completamente al abrigo del mar, allí donde se dispone del muro que impide que las olas superen la estructura. También se inició de nuevo, después de que se activara el protocolo de seguridad, la producción de bloques de hormigón y otros materiales.

Las boyas costeras de Puertos del Estado instaladas en el litoral de A Coruña registraron olas significantes de 10 metros en punta Langosteira. Estos aparatos recogen los valores promedio del oleaje registrado durante periodos de 30 minutos, lo que significa que, durante los momentos más duros del temporal, hubo olas individuales que superaron con creces estos valores. La altura máxima real del oleaje suele estar entre 1,6 y 1,8 veces por encima de los datos que registra la boya, lo que significa que en Langosteira, por ejemplo, alguna ola llegó individualmente hasta los 18 metros de altura.

Puertos también tiene una red de mareógrafos que registran tanto el nivel del mar como la agitación en áreas portuarias. Estos aparatos se ubican en zonas resguardadas dentro del puerto pero, a pesar de ello, el martes se registró en los muelles un oleaje que superaba un metro de altura (llegando a alcanzar 1,3 metros), una agitación muy considerable, en opinión de los responsables de la red.

En cuanto al nivel del mar, en A Coruña solo subió 25 centímetros debido a la acción del temporal y sin tener en cuenta la subida provocada por la pleamar. Es un valor bastante discreto, según Begoña Pérez, responsable de la red de mareógrafos y sistemas de predicción del nivel del mar de Puertos del Estado. De hecho, según los registros que manejan y cuyas mediciones se remontan al año 1992, la subida más importante del nivel del mar en A Coruña llegó a los 62 centímetros, más del doble que la de ayer. Durante el puente del 1 de noviembre, sin ir más lejos, se registró una subida mayor en este mismo puerto y ni siquiera hubo daños. Por esta razón, Pérez asegura que la ciudad registró una subida del mar similar a la de cualquier otro temporal y pese a que los registros de oleaje sí se pueden considerar excepcionales.

Los datos del mareógrafo de A Coruña resultan aun más llamativos porque en el resto de Cantábrico el nivel del mar subió considerablemente, batiendo el récord en el caso de Santander y Bilbao, con subidas de 60 y 56 centímetros respectivamente.