El joven acusado de agredir a un militar en febrero de 2008 a las 13.00 horas en la calle Cordelería negó ayer durante el juicio haberle pegado por ser profesional del Ejército. "Paré el coche para recriminarle su actitud porque estaba colocando pegatinas xenófobas", declaró el sospechoso, para el que el fiscal solicita cuatro años de prisión. El hombre alega que la presunta víctima se puso "violenta" y que la empujó para defenderse. El imputado, además, insistió en que el denunciante portaba una navaja y en que la cazadora que se llevó del lugar de los hechos era suya.

"Se cortó una mano cuando el copiloto le sacó la navaja. Yo no toqué la navaja en ningún momento. No hubo ningún componente político, su cliente me agrede a mí porque yo le recrimino su actitud racista", respondió el procesado al abogado que ejerce la defensa de la víctima, Ricardo Sáenz de Ynestrillas, conocido por su militancia en la Falange y por la condena de cinco días de prisión que le impuso el Tribunal Menor de Gibraltar por cometer un delito de alteración del orden público, ya que junto con cinco personas se encadenó e izó la bandera española en el Castillo del Moro, donde ondeaba la bandera británica.

Su cliente, que sufrió la rotura de los huesos de la nariz y cortes en una mano, aseguró que la navaja tipo mariposa la portaba el joven que ayer se sentó en el banquillo de los acusados de la sección primera de la Audiencia Provincial. La víctima, que llevaba una camiseta en la que se podía leer Tercios Españoles, sostuvo que el procesado lo agredió por su condición de militar y que tras golpearlo huyó con su cazadora. "El coche frenó a mi lado, me preguntaron si era militar y les dije que sí. Bajaron tres personas y uno de ellos -el acusado- sacó una navaja y me puso la hoja en la cara", relató el perjudicado, quien negó pegar en la calle cartulinas con contenido xenófobo.

El representante del Ministerio público relata en su informe sobre los hechos que el procesado, junto con otra persona que no ha sido identificada, golpeó al afectado en la cabeza y en el rostro, lo que provocó que se cayese al suelo. La Fiscalía afirma que el acusado esgrimió el arma y que huyó del lugar de los hechos cuando se percató de la presencia de viandantes.

El fiscal, además de cuatro años de prisión, exige al tribunal de la sección primera de la Audiencia Provincial que condene al sospechoso a pagar una indemnización de 8.294 euros a la víctima por los días que invirtió en su curación y por las secuelas que le quedaron, y de 90 euros por la cazadora que le sustrajo y las pertenencias que guardaba en ella.