Vecinos de la Ciudad Vieja esperan desde el pasado mes de julio a que Gas Natural Fenosa les remita los recibos por el consumo eléctrico realizado y expresan su preocupación ante la posibilidad de que la compañía les cobre de una sola vez las cantidades correspondientes a los últimos meses.

Algunos de los afectados por el problema se han desplazado a las oficinas de la empresa y han recibido la explicación de que el origen de esta situación se encuentra en el reciente proceso de fusión entre Gas Natural y Unión Fenosa, durante el que ocurrió un error informático que hizo que una serie de abonados hayan sido dados de baja. En las oficinas de atención al público recibieron información sobre la cantidad que adeudan y de que si es elevada será prorrateada en varias facturas para no causar un trastorno a los perjudicados.

Pese a haber expuesto su caso hace días, los vecinos todavía no han recibido los recibos atrasados, por lo que persiste su intranquilidad. La presidenta de la asociación vecinal de la Ciudad Vieja, Rosa Quiroga, confirma que la entidad ha recibido quejas acerca de este problema en varias calles del barrio, así como la desazón que les genera que la empresa trate de cobrar todos los recibos al mismo tiempo.

Gas Natural Fenosa admite que en los últimos meses han surgido problemas de este tipo debido a los cambios regulatorios introducidos por la Administración en el sector eléctrico, como la obligación de facturar mensualmente en lugar de cada dos meses, como se hacía tradicionalmente. La compañía reconoce también que el proceso de integración entre Gas Natural y Unión Fenosa ha dado lugar a inconvenientes de este tipo, pero que siempre que le han sido comunicados por los abonados, se les dan facilidades para que puedan pagar los recibos atrasados de forma que no les ponga en dificultades económicas, puesto que ellos no son los responsables de los errores.

En otras localidades, los problemas surgidos fueron la duplicación de los recibos, errores en la lectura de los contadores y facturaciones mucho más elevadas de lo que correspondía al consumo realizado. Los trastornos derivados de la fusión que originó la actual compañía suceden a los aparecidos cuando todas las distribuidoras de electricidad fueron obligadas por el Gobierno a emitir recibos mensuales por el consumo realizado. En aquel momento, la empresa mantuvo la lectura de los contadores con una periodicidad bimensual, mientras que en los meses intermedios recurría a una estimación de la electricidad consumida para elaborar los recibos.

Ese procedimiento llevó a que se facturasen a numerosos abonados cantidades exorbitadas en relación con su consumo habitual, lo que se tradujo en un aluvión de quejas en las oficinas de la compañía.