La finalización el pasado día 9 del plazo establecido por un juzgado coruñés para el desalojo del edificio número 14 de la Atocha Alta, ocupado desde hace tres años por colectivos alternativos, fue el motivo de la manifestación llevada a cabo en la tarde de ayer por medio millar de personas a lo largo del centro de la ciudad. Durante la marcha, en la que se protestó contra el abandono forzoso de la llamada Casa das Atochas, se efectuaron lanzamientos de pintura en locales comerciales y oficinas bancarias, en las que también se realizaron pintadas y se golpearon sus escaparates con palos de madera.

El Campo de Marte fue el lugar elegido para la partida de la manifestación. Antes de iniciar el recorrido, uno de los asistentes informó de que el desalojo por la fuerza del inmueble se realizará "en cuestión de días", aunque aseguró que los ocupantes seguirán "luchando".

Los manifestantes, jóvenes en su inmensa mayoría, comenzaron a descender hacia el centro por la calle de la Torre precedidos por dos vehículos de la Policía Local. En cabeza un grupo de personas con el rostro oculto exhibía una pancarta con el lema A Casa das Atochas non se desaloxa, mientras que entre los manifestantes se transportaba un féretro en el que figura el nombre de Juan Pérez Paz, promotora inmobiliaria que es la propietaria del edificio ocupado. Al llegar a la altura de la oficina de esa empresa en la calle de la Torre, algunos de los participantes lanzaron contra su fachada globos rellenos de pintura blanca.

A su paso por la plaza de España y las calles Panaderas y Orzán se sucedieron las pintadas en diferentes comercios y edificios, mientras que a la llegada al cruce con Pórtico de San Andrés el grupo de cabeza encendió unas antorchas y bengalas que dieron mayor espectacularidad a la protesta. En ese lugar se lanzaron globos contra la entrada de la iglesia de San Andrés, en cuya fachada se hicieron además pintadas contra el Ejército al tratarse de la capilla castrense.

Tras atravesar San Andrés, la marcha continuó por General Mola hasta llegar a la calle Real, donde se sucedieron las pintadas en los escaparates de las tiendas. La Subdelegación del Gobierno fue otro de los edificios contra los que se efectuó un nuevo lanzamiento de pintura blanca. En Riego de Agua, el aviso de la Policía Local hizo posible que los comerciantes cerrasen antes de la llegada de la marcha, aunque Burger King y la sede de Caixanova fueron objeto de los ataques de algunos de los manifestantes. En la plaza de María Pita, la presencia de agentes antidisturbios de las policías local y nacional hizo desistir a los jóvenes de acercarse al Palacio Municipal, por lo que giraron hacia la Franja para regresar al barrio de As Atochas, donde concluyó la movilización.