¿Cuándo entrará en vigor el futuro plan general? Es una incógnita. El Ayuntamiento es incapaz ahora de fijar una fecha para su proyecto estrella de esta legislatura: tras responder a las alegaciones presentadas, deberá remitir el documento a la Xunta y luego aprobarlo de manera provisional, aunque el visto bueno definitivo dependerá otra vez del Ejecutivo gallego.

En este largo proceso administrativo -el urbanista Joan Busquets presentó su propuesta de plan general en diciembre de 2008-, el Concello ha tenido tiempo de ajustarse a las directrices autonómicas -como en la urbanización de O Portiño- y de atender a las quejas de los vecinos -como el polémico fuera de ordenación de pisos por su exceso de altura-. El mismo tiempo que tuvo para incluir, por la puerta de atrás y en último momento, una recalificación de cien hectáreas en As Rañas.

. El mal de altura. Es el gran golpe que ha recibido hasta la fecha el Ayuntamiento durante la tramitación del plan general. Al menos, por número de afectados y personas que pusieron el grito en el cielo y presentaron en avalancha miles de quejas contra el urbanismo municipal. De nada sirvió al alcalde, Javier Losada, y a su equipo de gobierno prometer una y otra vez que retiraría el fuera de ordenación parcial de edificios por su altura o volumetría para calmar a los vecinos. De las 27.667 alegaciones que recibió el Concello, más de 25.000 eran por este complicado asunto.

La presión llegó a tal extremo que el regidor firmó un documento en público, en junio del año pasado, en el que se comprometía a corregir el plan aprobado de manera inicial para no dejar inmuebles fuera de ordenación parcial por su tamaño. La obligación de responder a tantas reclamaciones, 25 veces más que en la revisión del planeamiento de 1998, es uno de los motivos que ha provocado que se retrase aún más la entrada en vigor del documento redactado por el urbanista catalán Joan Busquets.

. La gran recalificación. El Concello aprobó el plan de manera inicial, con el voto en contra del PP, el 1 de diciembre de 2009. Antes de adoptar este acuerdo, tuvo que obtener el primer visto bueno de la Xunta, que instó a realizar importantes correcciones. Sin embargo, el Ayuntamiento incluyó en el último momento una operación urbanística que no aparecía en el plan entregado a la Consellería de Medio Ambiente: la recalificación de cien hectáreas en As Rañas para levantar la Ciudad de la Tecnología.

El Concello firmó el convenio con los promotores -entre los que están empresas ligadas a Manuel Soto, José Collazo y Ángel Jove- justo dos semanas antes de aprobar el plan general en el pleno. Fue una suculenta recalificación. El suelo pasó de rústico a industrial y comercial, es decir, que los terrenos se revalorizaron en un 5.400%, por encima de los 200 millones. Aunque el BNG apoyó al PSOE en la aprobación del planeamiento, trató de desligarse de esta operación y a principios del año pasado repartió panfletos por la ciudad en los que solicitó la modificación del proyecto de As Rañas para dejar el suelo para actuaciones públicas destinadas a parques tecnológicos.

"Que se me diga cómo se puede hacer urbanismo en A Coruña y que no aparezcan nombres conocidos", lamentó entonces el concejal de Vivienda, el nacionalista Mario López Rico, en referencia a los promotores más conocidos en la comarca. Pero los socialistas quieren mantener esta operación. El plan también prevé mejorar los accesos a este futuro polígono y al centro comercial Marineda City que se construye en A Grela.

. Por si acaso, menos pisos. A la Xunta no le convencieron las explicaciones ofrecidas por el Ayuntamiento en el documento previo, que calculaba la construcción de 33.900 pisos en los próximos doce años. Las reticencias autonómicas provocaron que la Concejalía de Urbanismo redujese un 20% la cifra de viviendas en el plan aprobado de manera inicial, hasta las 27.000.

El Concello también jugó con el porcentaje de pisos protegidos en los grandes polígonos. En el documento remitido a la Xunta fijó en un 50% las viviendas de protección en la estación intermodal, pero ahora propone que sea el 40%, el mínimo que establece la legislación. En el caso opuesto están Penamoa, Monte Mero, O Martinete, O Portiño y la Fábrica de Armas si algún día se produce su traslado: aumentó el porcentaje hasta el 54% en los cuatro primeros proyectos y hasta el 50% en el último.

. La Torre 'vence' a San Amaro. El título de patrimonio de la humanidad concedido a la Torre tuvo un efecto secundario: la necesidad de conservar su entorno. Los dictámenes de la Unesco establecen un área de protección para el faro que chocaba de frente con las pretensiones del plan general vigente -y que se prorrogaba en el que se ahora se tramita- de construir seis edificios de hasta siete alturas en el Agra de San Amaro. De acuerdo a estas directrices, la Consellería de Cultura forzó a principios de este año al Ayuntamiento a retirar de su documento este polígono. Los propietarios de los terrenos reclaman al Concello una indemnización de 60 millones.

. O Portiño, un polígono residencial sin definir. El Gobierno gallego aprobó de forma provisional en diciembre el Plan de Ordenación do Litoral (POL), que incorpora importantes restricciones a la urbanización de alrededor de 3.200 viviendas en O Portiño que el Ayuntamiento propone en su plan. La Xunta desoyó las alegaciones municipales y decretó adaptar el proyecto para evitar "inadecuados procesos de ocupación edificatoria". La edil de Urbanismo, Obdulia Taboadela, defendió hace dos semanas que el Concello incluirá las restricciones del POL en su plan y que ya comunicó a los promotores que será necesario hacer cambios.

. La reordenación de los muelles incumple el convenio con Fomento. El plan general incluye cambios en la futura urbanización de los muelles de la ciudad que no se corresponden con las directrices marcadas en el segundo y último convenio que firmaron el Ministerio de Fomento y la administración municipal en 2004. El nuevo planeamiento aumenta la edificabilidad y da prioridad a la construcción en los muelles de Batería y Calvo Sotelo -que se dedicarán a oficinas y usos comerciales-, cuando en el acuerdo con el Gobierno se estableció que la desafectación de los terrenos portuarios no se llevará a cabo hasta que se produzca el traslado total de las instalaciones a la dársena exterior de punta Langosteira.

. Marcha atrás en el matadero y el mercado de frutas. El departamento municipal de Urbanismo retirará de su propuesta una carretera que iba a dar acceso a Dolce Vita y comunicaría la calle Severo Ocha con la avenida de Arteixo. La eliminación de este vial evitará que se parta en dos el mercado de frutas. Los propios empresarios temían que este proyecto supusiese el fin del complejo. Obdulia Taboadela también descartó el cierre del matadero municipal, gestionado por Carnicosa, para recalificar los terrenos y atribuyó a un "error" que en el plan aprobado en diciembre de 2009 apareciese la posibilidad de vender las parcelas donde se encuentran las instalaciones.

. Maderas Peteiro se traslada y se reduce el impacto en las vistas de Os Rosales. Las quejas de los vecinos de Os Rosales tuvieron el efecto que deseaban. Del documento inicial entregado por Busquets en el Ayuntamiento al que se envió a la Xunta se produjeron modificaciones en la actuación urbanística prevista en el solar de Maderas Peteiro: de dos bloques de cinco alturas a otros dos que combinan edificios de entre una y seis plantas. En principio, la propuesta mejora la conexión de los espacios libres entre los barrios de Os Rosales y Bens. La maderera también se comprometió a abandonar su actual emplazamiento en un plazo máximo de cuatro años desde la entrada en vigor del futuro planeamiento.

. Inversión al alza. El estudio económico-financiero del plan general aprobado de manera inicial supone incrementar en 31,8 millones el gasto previsto para la materialización de los proyectos. Si en el documento de inicio de Busquets eran 817,27 millones, en el último cálculo se habla de 849,07 millones. La aportación de la administración central -pieza clave en el desarrollo del plan en los primeros años- no varía: son 213,3 millones.

El Ayuntamiento sí establece ahora una menor inversión por parte de la Diputación -de 103,7 millones a 102,14-, aunque es el único caso donde la previsión es la a la baja. El Concello confía en contar con 400.000 euros más de fondos europeos para ejecutar su planeamiento -hasta los 62,45 millones- y que la Xunta dedique 1,71 millones más que en el primer borrador -en total, ahora son 264,03 millones, la administración que más tendría que aportar-. De las arcas municipales deberán salir 207,13 millones, lo que supone aumentar en 31,25 millones la inversión programada al principio de la tramitación del futuro plan general.