-¿Es A Coruña una ciudad con elevados índices de contaminación?

-La concentración de contaminantes depende de muchos factores, entre ellos están las particularidades climáticas de cada zona y los óxidos de nitrógeno, que emiten automóviles e instalaciones que queman gasóleos y otros combustibles orgánicos. En la meseta o en la costa mediterránea, donde la circulación atmosférica no tiene la misma dinámica que en la costa gallega, estos valores son más altos. En A Coruña existen unos niveles preocupantes de contaminación por óxidos de nitrógeno. En 2010 (según los datos de las estaciones de la Xunta), se superaron catorce veces los valores máximos por hora, y lo máximo permitido al año son 18. Se fijó un pico de 270 microgramos por metro cúbico por hora (el máximo recomendado es de 200).

-¿Me imagino que el tráfico es uno de los principales causantes de la polución?

-El tráfico y las industrias que procesan combustibles fósiles. En A Coruña, sobre todo, es la refinería de Repsol, que ocupa el segundo lugar en Galicia en cuanto a emisiones de toneladas por año de óxidos de nitrógeno con 2.500, sólo por detrás de la térmica de As Pontes, con 7.000 toneladas. Más de la mitad de los contaminantes de la ciudad procede del tráfico, ocurre en todas las grandes urbes gallegas.

-¿Le preocupa la situación de los muelles con sus descargas de graneles?

-Hemos conseguido que, después de muchos años de respirar el polvo de carbón y de graneles que se desembarcan en el muelle, se construyese la Medusa. No es que solucione el problema, pero por lo menos disminuye el impacto de las partículas. Hay vecinos de Os Castros que siguen expuestos a estas partículas que tienen efectos graves para la salud. Mientras los óxidos de nitrógeno funcionan como tóxicos contaminantes para los pulmones y hacen que se agraven los problemas asmáticos y las alergias, las partículas pueden desencadenar procesos tumorales.

-¿Qué medidas se pueden adoptar para mejorar la calidad del aire?

-No se pueden aprobar medidas adecuadas si no se desarrolla un plan en detalle para cada ciudad. En toda Galicia, existen nueve estaciones públicas (de la Xunta) para la medición de la contaminación; en el País Vasco, hay más de setenta; en Cataluña; más de sesenta; y en Madrid, alrededor de treinta. Es imposible que los datos que se extraigan sean suficientes. Tampoco hay intención de la administración: el problema existe, pero la Xunta no potencia el transporte público y no desarrolla políticas para reducir el número de coches. Todo lo contrario, se subvenciona la venta de vehículos y se construyen más vías de alta capacidad. Ninguna ciudad gallega tiene restringido el acceso al centro.

-¿Cree que esa dejación también afecta a la administración municipal?

-Evidentemente, porque también tiene competencias, y muchas, en la calidad del aire y del medio ambiente, como ordenar el tráfico, establecer zonas vedadas al coche o para que no accedan al centro urbano. Lo que interesa es hacer más aparcamientos y vías de alta capacidad periféricas. En A Coruña aumentan los vehículos, por lo que no es aventurado suponer que se incrementa el índice de contaminación.