Francisco Vázquez admitió en su despedida como embajador ante la Santa Sede que han sido miembros de su propio partido los que han vetado su nombramiento como Defensor del Pueblo, a su entender, por ser católico confeso. Hace cinco días que ha entrado en la edad de jubilación y el coruñés no tiene desde ayer otro cargo que el de ex. Ex alcalde, ex embajador, ex senador y ex presidente de la federación de municipios de España sin destino en el horizonte. Una audiencia de corta duración con el Papa puso punto y final a su lustro más diplomático, tras la que subrayó "la intolerancia de la derecha española y el sectarismo de la izquierda" en temas de libertad religiosa.

"Se me ve como una figura de consenso, que es lo que siempre he procurado, aunque en mi propio partido algunos no me consideren idóneo por mi condición de católico", espetó el coruñés, que aseguró haber tenido el apoyo, en sus aspiraciones para ser Defensor, tanto del presidente Zapatero como del ministro de Fomento, José Blanco. Hasta se permitió bromear con el fracaso de las quinielas que le colocaban en el puesto de Enrique Múgica: "Ningún Defensor del Pueblo fue candidato tantos años".

Vázquez presumió de su trabajo como diplomático ante la máxima autoridad eclesiástica. "Las relaciones son magníficas, ya que no hay ningún problema", señaló el coruñés. No tiene duda de ello y asegura que poco trabajo le va a quedar a su sucesora, María Jesús Figa, gracias a él: "Yo creo que de aquí al final de legislatura, los acuerdos son totales, no hay ninguna cuestión que perturbe o preocupe a ambas partes". Sostiene que han "ayudado mucho" los viajes del cardenal secretario de Estado, Tarciso Bertone, a España y lo han "consolidado" la visita de Zapatero al Vaticano en junio del pasado año "y la media hora de audiencia que tuvo a solas con el Papa".

Han pasado cinco años desde aquel 2006 en el que, a través de LA OPINIÓN, se conocieron los negocios de la familia de Vázquez y en el que en Ferraz y Moncloa decidieron que el destino perfecto para uno de sus barones más díscolos, y alcalde durante 23 ejercicios, era la plaza de España de Roma.

Su eufórico La, la, la de despedida, su título de hijo predilecto y los abrazos con su delfín cuando volvía a la ciudad pronto se convirtieron en fantasmas del pasado. El teléfono rojo entre Roma y A Coruña comenzó a sufrir interferencias cada vez más graves desde que la pérdida de la mayoría absoluta en mayo de 2007 obligó al PSOE de Losada a pactar con el enemigo nacionalista. Vázquez no se calló y, además de retirar el saludo en privado y en público a su sucesor, le envió dardos envenenados sin pudor a través de las ondas y las conferencias.

¿Y ahora qué? La oferta definitiva de sus compañeros de partido en el Gobierno para avalarlo como Defensor no llegó y el relevo se ha consumado antes de que otro cargo llamase a su puerta. Las negociaciones entre socialistas y populares son agua estancada y no hay visos de que se abra compuerta alguna para la última aspiración de Vázquez, que añadió muchos enemigos a su maleta de regreso cuando rechazó el matrimonio homosexual y la ampliación del aborto. Pero él no se preocupa de esconder sus opiniones contrarias al PSOE y hasta en su adiós sostuvo ante los medios que si la ministra de Sanidad, Leire Pajín, hubiese presentado la Ley de Cuidados Paliativos y Muerte Digna estando él como embajador, se habría "opuesto", al tiempo que aseguró que le "disgustó mucho ver el aborto definido como un derecho".

Tal y como sostuvo este periódico desde que anunció que el ex alcalde se postulaba como Defensor del Pueblo ha sido el propio socialismo el que no ha querido a Vázquez en ese puesto.

Su futuro

Unos minutos escasos pudo estar Francisco Vázquez con el Papa para despedirse. Visita fugaz pero, según el embajador, "muy intensa". Para el ex diplomático, Benedicto XVI es "un gran intelectual y una gran figura del siglo XX". A la salida de la audiencia, en la que le acompañó su mujer, comentó a los periodistas que hoy mismo tomaría un vuelo hasta a A Coruña. Además, aseguró que ha pedido el reingreso en el Cuerpo Nacional de Inspección de Trabajo, en donde tiene una plaza, una solicitud que anuncia cinco días después de su cumpleaños, que lo coloca en los 65, todavía edad de jubilación. "Me marcho muy satisfecho, orgulloso del trabajo realizado y muy agradecido al presidente del Gobierno por la confianza depositada en mí en estos cinco años de embajador", destacó el socialista. Como presente por su marcha, Vázquez obsequió al pontífice con dos cedés: uno del Coro Monteverdi dirigido por sir John Eliot Gardiner, sobre música española del Siglo de Oro con temas del Camino de Santiago, y otro de jazz con variaciones de Bach.