No ha dejado atrás todavía el ataque que sufrió el jueves, mientras trabajaba. Al secretario general de Servicios Públicos de UGT, Luis Baneira, le asaltó un grupo de encapuchados cuando estaba en su oficina y, al grito de "esto es por Cespa", le tiraron bolsas de basura a la cara y un líquido corrosivo. Un día después de la agresión trata de volver a la vida normal.

-¿Cómo se encuentra?

-Bien, pasados ya el susto y los nervios de ayer (por el jueves), pues bien, porque no estamos acostumbrados a este tipo de cosas y mejor que no lo estemos.

-¿Reconoció a los agresores?

-Como estaba atendiendo una llamada telefónica, estaba concentrado y no fui consciente de que hubiese gente entrando en el sindicato hasta que recibí varios impactos en la cabeza, que luego vi que eran de bolsas de basura. El instinto te hace levantar el brazo para protegerte, por eso no vi las caras. Sé que los que me atacaron iban a cara descubierta pero no sería capaz de reconocerlos. Fue todo muy rápido, la agresión debió de durar entre cinco y siete segundos, y lo que más me preocupó en el momento fue que noté un producto químico con un fuerte olor a amoniaco que me había entrado en el ojo derecho y en los labios, que me picaba mucho, y eso me asustó. Como el ataque fue rápido y escaparon corriendo pude ir al cuarto de baño a enjuagarme los ojos y la boca, y eso fue lo que impidió que el mal fuese mayor.

-Fue todo extraño, que dijesen que eran de Cespa, que los trabajadores y la empresa lo nieguen... ¿Había algún conflicto abierto con la concesionaria?

-Yo no puedo afirmar que hayan sido trabajadores de Cespa, lo que sí que podemos decir los testigos es que los agresores gritaban: 'Esto es por Cespa'. Es llamativamente curioso que el sindicato interpusiese una reclamación en los juzgados el 13 de abril pidiendo la declaración de nulidad de un párrafo de un artículo del convenio colectivo. Este martes por la mañana, la empresa y los miembros del comité recibieron una notificación judicial citándolos; por la tarde, el comité de empresa se reunió con carácter extraordinario; el miércoles por la tarde se reunieron el comité con la empresa, y amenazaron con convocar una huelga indefinida a partir de la noche del 19 de mayo, dos noches antes de las elecciones, con una intención clara de hacer presión política al Ayuntamiento, y el jueves por la mañana sufrimos este ataque en el sindicato. El encadenamiento de sucesos no parece producto de la casualidad. Con esto no digo que hayan sido ni los trabajadores de Cespa ni los miembros del comité porque sería falso. No lo sé porque no les conozco.

-¿Cree que existe relación?

-Que hay un vínculo parece evidente o, por lo menos, sospechosamente evidente. Con independencia de que hayan sido o no personas vinculadas a Cespa.

-¿Qué denunció UGT?

-Un anexo del convenio establece la preferencia de ingreso en la empresa para los familiares de empleados de Cespa. Esto vulnera lo dispuesto en el estatuto de los trabajadores, así que la redacción del artículo es ya nula de pleno derecho. Esto es mucho peor, porque se produce en una empresa cuyos ingresos proceden exclusivamente de los presupuestos municipales. Es discriminatorio e ilegal que los vecinos no puedan optar a un trabajo en la empresa si no tienen un familiar dentro.

-¿Por qué le atacaron directamente a usted?

-Venían preguntando por mí, porque, como secretario general de la federación, firmé la reclamación para presentarla en el juzgado, porque tengo la firma reconocida ante notario. Me tocó a mí firmar, como me toca firmar un talón cuando hay que comprar papel para la fotocopiadora. Supongo que preguntaron por mí porque fui el que puso el nombre en la reclamación. Otra cosa no creo que tenga nadie contra mí porque no conozco prácticamente a ningún trabajador de esa empresa.

-¿Tiene ganas de seguir?

-El susto, los nervios y el mal rato te hacen pensar si merece la pena asumir estos riesgos. Las muestras de solidaridad que hemos recibido de otros sindicatos, de compañeros y partidos políticos anima a seguir poniendo este granito de arena que intentamos poner. Seguiremos intentando trabajar normalmente pero, en todo caso, si una persona se cansa o lo deja, en este sindicato siempre hay relevo.