-¿Piensa presentar una candidatura para dirigir la Agrupación Socialista Coruñesa?

-Estoy hablando con distintas personas y pulsando un estado de opinión que quienes dirigen la Ejecutiva local no quieren que se haga de una manera ordenada. Yo estoy manifestando mi voluntad de participar en un proyecto colectivo que signifique sumar todas las sensibilidades, acabar con las exclusiones y recuperar la mejor esencia del partido socialista en A Coruña, que está basada en nuestras tradiciones de organización abierta e integradora. Este proceso todavía está empezando y desde la dirección actual no lo están facilitando, pero confío en que en las próximas semanas tengamos suficientes datos y podamos pulsar si hay suficientes personas interesadas en este proyecto de cambio y de nueva estrategia.

-¿De las conversaciones mantenidas puede deducir ya que cuenta con apoyos para esa candidatura?

-Por supuesto, hay una corriente de opinión que está pidiendo un cambio de rumbo y una estrategia nueva más integradora y menos excluyente que la que hemos tenido en los últimos años. Y desde luego, hay una corriente de opinión que está cuestionando algunas de las decisiones locales que nos han llevado a este estado de derrota notable.

-Habla de una dirección excluyente. ¿Se ha sentido usted excluido en los últimos tiempos?

-Sí, aquí ha habido una política que ha excluido todas las voces distintas a la de la dirección e incluso de cerrazón a las nuevas afiliaciones, así como de huir del debate sobre cualquier tema, lo cual es la antítesis de un partido político. Eso tiene que cambiar, tiene que recuperarse la integración de todas las voces en un proyecto común, el partido tiene que abrirse a la sociedad y entender que nos ha dicho no a una serie de prácticas llevadas adelante durante los últimos años.

-¿Qué le parece la elección de Mar Barcón como nueva portavoz del grupo municipal socialista coruñés?

-Es una pena que ese proceso no lo hayan querido hacer después de haber analizado la situación derivada de las elecciones. Se ha evitado cualquier tipo de debate y se ha hecho una designación interna. El grupo municipal está profundamente dividido aunque son solamente ocho concejales y las acusaciones entre ellos están en los medios de comunicación, lo que es un mal comienzo para una etapa de oposición tan difícil como la que tenemos por delante. Pero, dicho esto, si Barcón tiene el respaldo del grupo municipal, también tendrá el mío, faltaría más.

-¿Cree que es la persona más adecuada para encabezar el grupo municipal en la nueva Corporación local?

-Ese debate ya no tiene sentido porque fue propuesta como única candidata por la actual dirección y el único debate que quedaría es que el grupo la aceptase por unanimidad o por solo una parte del mismo. Es la única opción que ha quedado por actuar de manera tan excluyente. El debate debe ser primero de ideas, propuestas y objetivos y luego de personas y no al revés.

-¿Qué le parece la decisión de Salvador Fernández Moreda de continuar al frente de la Ejecutiva provincial?

-Curiosamente, ese debate solo lo han suscitado algunos concejales de A Coruña. El plenario del partido de la provincia se va a reunir el próximo domingo y ahí es donde las 94 agrupaciones expondrán su punto de vista y, en su caso, reclamarán los cambios de rumbo necesarios. En la ciudad, me parece que el debate está teñido de intereses personales y que están vinculados a discrepancias sobre la gestión local del gobierno anterior más que a la de la provincia.

-¿Considera que su larga trayectoria en el Ayuntamiento en el pasado supone una dificultad para liderar la renovación del partido?

-Renovación, innovación o modernidad son palabras fetiche que todo el mundo utiliza, por lo que es muy difícil saber lo que se está diciendo. Lo que yo estoy planteando es un cambio de rumbo con unas premisas muy claras. Que haya personas que consideren que ese no es el camino o que yo no soy la persona adecuada me parece legítimo y para eso están los procedimientos democráticos. Pero yo insisto en un proyecto que integre a todas las personas y voces que sea posible, no en un problema de banderías o de facciones y menos de exclusiones previas.

-¿Existe una sensación de desconcierto entre los militantes socialistas de la ciudad tras la derrota electoral?

-Sin duda. Hay una gran pesadumbre porque se ha perdido una plaza histórica que siempre fue muy difícil mantener y que era un referente para Galicia y España en cuanto a las políticas que se venían llevando a cabo. También porque se ha tirado por la borda el legado de una etapa dorada de gobierno que fue la de Francisco Vázquez, hasta el punto de que ni se la ha invitado a participar en la campaña electoral. Y en tercer lugar porque la derrota en A Coruña ha tenido características especiales, ya que en Galicia hemos bajado 3 puntos y aquí 8, lo que quiere decir que estamos muy por debajo de las medias gallega y nacional, que fue de 6 puntos, de forma que aquí ha habido características específicas que habrá que analizar y reconocer aunque duela que algunos errores habremos cometido. No todo se le puede endosar a Zapatero o a la crisis económica y frente a esto, hacer un debate nominalista y de adhesiones no me parece el camino más adecuado y así lo estoy explicando.