El jefe de estudios del colegio Liceo la Paz que declaró ayer como imputado por la muerte de Diego Novo, el niño de cuatro años que se ahogó en una clase de natación el 30 de marzo de 2009, sostiene que carece de responsabilidad en la piscina cuando se desarrollan "actividades complementarias, no académicas". El directivo subrayó que el "especialista" en normas de seguridad es el coordinador de la piscina, a quien también corresponde, según el imputado, realizar el horario de la actividad y supervisar las sustituciones de monitores.

El jefe de estudios recalcó que el día en el que falleció el niño en la piscina se desarrollaba una actividad complementaria y negó que fuese una clase de educación física, en cuyo caso reconoció que sí sería responsable. Además, testificó que no es cierto que sea el superior jerárquico del coordinador y que el círculo deportivo del colegio está a cargo de los propietarios del Liceo.

El imputado admitió ante la magistrada del Juzgado de Instrucción número 3 de A Coruña, que es la que investiga los hechos, que desde que el niño murió ahogado "algunas cosas" fueron "mejoradas" en el organigrama de la piscina. En cuanto a los servicios médicos y sanitarios de la escuela, el jefe de estudios manifestó que son competencia de la dirección del Liceo y que normalmente siempre hay un facultativo en las instalaciones. El hombre también afirmó que desconoce quién redactó las normas de seguridad y protocolo de actuación en la piscina, al tiempo que insistió en que el especialista en seguridad es el coordinador.

La juez que instruye el caso, en principio, solo había detectado indicios de delito en la actuación del socorrista y de la monitora porque eran los encargados de supervisar la clase de natación en la que falleció Diego Novo. La familia del menor, sin embargo, recurrió el auto de la magistrada y exigió responsabilidades a la dirección del colegio y al jefe de estudios. "El fallecimiento del menor ha sido consecuencia de una concatenación de múltiples y gravísimas negligencias de las que han de responder no solo las personas que se encontraban directamente a cargo del grupo de niños al que Diego pertenecía, sino también aquellas otras que de una y otra manera han omitido los más elementales deberes de cuidado y vigilancia", indica el abogado de los afectados, José Luis Gutiérrez Aranguren, en uno de los escritos en los que solicitaba a la magistrada la imputación de los responsables del Liceo.

La Audiencia Provincial otorgó la razón en diciembre de 2010 al letrado que defiende los intereses de la familia del niño y acordó que existen indicios de delito en la actuación del director, del coordinador de la actividad y de los propietarios del centro. El director técnico y los dueños del Liceo testificaron como imputados el pasado 22 de febrero y culparon de la muerte del niño al jefe de estudios y a un coordinador. Los sospechosos sostuvieron que las ausencias y las sustituciones de monitores no son competencia suya, sino de los encargados de las actividades, en los que, según ellos, delegan.

La juez destaca en el auto que la monitora, que se hizo cargo de la clase el día en el que sucedieron los hechos porque la profesora titular recibió permiso para no asistir, se ausentó para ir al baño y no avisó al socorrista ni a la otra monitora que estaba en la piscina de que iba a abandonar el recinto. "A su regreso, ayuda a un niño rezagado del grupo y después espera cerca de la puerta de vestuarios. Dentro ya está el socorrista en las duchas con los niños. Cuando sale el socorrista ambos comienzan a caminar y se percatan de que en el fondo de la piscina hay un niño tumbado boca abajo", relata la magistrada del Juzgado de Instrucción número 3 en un auto. El médico que trató de reanimar a Diego Novo aseguró que al menos estuvo diez minutos bajo el agua.