Los sucesivos robos en los puntos limpios de Eirís y de la ronda de Outeiro han rebajado en un 100% la recogida mensual de papel y cartón, con respecto al pasado año, en la ciudad. Si en 2010 la media de tratamiento de este tipo de residuos estaba en 16 toneladas mensuales, la empresa encargada de gestionar la aportación voluntaria de residuos sólidos urbanos, Albada, y no Cespa, como por error publicó ayer este diario, advierte de que "actualmente se recogen cero toneladas al mes". "Quienes asaltan los puntos limpios se llevan la totalidad de papel y cartón que hay en las instalaciones. Digamos que lo que entra hoy no está mañana", subraya la concesionaria municipal.

LA OPINIÓN publicó ayer las fotografías que delatan a un grupo que asalta el punto limpio de Os Rosales. Ayer mismo, los ladrones volvieron a sustraer residuos tanto durante el tiempo que las instalaciones cierran sus puertas para que los trabajadores se vayan a comer -de 14.00 a 17.00 horas- como a las nueve de la noche, cuando cierran hasta el día siguiente.

Pese a reconocer que se trata de "una situación generalizada en toda España", Albada explica que las sustracciones de papel y cartón en los puntos limpios "son un problema grave". Además de las "pérdidas económicas" que estos robos suponen para las entidades encargadas de gestionar el servicio, la concesionaria destaca "el peligro" que, dice, "corren quienes acceden de forma ilegal a los contenedores". "No es la primera vez que alguien muere tras quedar atrapado en el cubículo", recuerdan desde la empresa.

El papel y el cartón no son los únicos materiales que "han ido desapareciendo progresivamente". Tal y como explica Albada, desde que se pusieron en marcha los puntos limpios de la ciudad "esporádicamente entraban a robar chatarra, por necesidad o por lo que fuera"; sin embargo, desde hace "dos o tres años", las entradas en los recintos de Eirís y de la ronda de Outeiro "se fueron produciendo más progresiva y agresivamente". Según detalla la concesionaria, los grupos que asaltaban las instalaciones "rompían vallas y alambrado, e incluso plantaban fuego en contenedores con colchones y materiales inflamables".

Tras denunciar los incidentes al Ayuntamiento "y contar con la supervisión de la policía" pero sin lograr que disminuyesen los robos, la empresa contrató un servicio de seguridad privada. "El problema es que los vigilantes hacen rondas de un punto limpio a otro y quienes entran ya los tienen controlados", explica la concesionaria; entonces "esperan a que el personal de seguridad abandone el recinto y aprovechan para entrar y cargar su maletero".

Los puntos limpios en los polígonos industriales destinados a empresas, que depositan fundamentalmente madera y plásticos, no sufren estos asaltos. "Está claro que no les interesan (a los asaltantes) todos los materiales, porque en recintos como el de A Grela no hay estos problemas", apunta Albada.

El grado de "impotencia" de la concesionaria ante "los robos generalizados" hace que, desde hace "un tiempo", se limite a presentar denuncias "siempre que se producen deterioros en las infraestructuras o en las instalaciones" de los puntos limpios. "Si denunciásemos todos los robos de residuos, tendríamos que hacerlo día sí día también", lamentan fuentes de la empresa.