"Nos hace muchísima ilusión embarcar aquí. Me recuerda a los barcos que hablaba mi padre que se iban para Argentina, con los pañuelos blancos, a ver si mis nietos también me vienen a despedir". En el mismo muelle que vivió el drama de la emigración, espera la dolce vita flotante. Regina Roel y Pilar Valiño son dos de las coruñesas que ayer se subieron en el primer embarque del MSC Opera en la ciudad con otras tres amigas. La naviera italiana ha incluido a la dársena coruñesa en una ruta circular con paradas en Bilbao, Francia, Gran Bretaña y Holanda. Es la primera compañía que escoge el puerto como terminal de embarque regular de una de sus ofertas veraniegas. Entre julio y septiembre, este gigante de 59.000 toneladas recibirá y despedirá pasajeros en la dársena ocho veces más.

Son ocho días de viaje de puerto en puerto, en un hotel flotante de doce plantas, todas con título de ópera italiana. En los siete pisos que se ven, la vida para el cliente. De la cuarta planta hacia abajo, la descomunal maquinaria, a la que no se permite acceder ni de visita, y la efervescente y escondida vida de 700 tripulantes de 38 nacionalidades diferentes. Conviven "en armonía natural", explica Raffaelle Ponti, el hombre que hace maniobrar la mole de 215 metros de eslora y 29 de manga, que consume 200 toneladas de combustible por día.

Veinticuatro horas al día de placer. Desde el multitudinario desayuno a dormirse con el vaivén del Cantábrico o incluso bailar hasta altas horas de la madrugada al ritmo que imponen las olas en una discoteca, que cierra cuando se va el último de los clientes. Ver un delfín mientras se cena cocina italiana, participar en la elección del míster del barco, aprender a bailar tarantella, darse a los daiquiris o disfrutar del spa.

Los cruceristas -1.885 en el barco que llegó y se fue ayer- reciben cada día un diario con las actividades que pueden realizar en la jornada siguiente. No son siempre las mismas, la consigna es que un día no puede ser igual al siguiente y el equipo que programa espectáculos y entretenimientos se atienen al clima y al tipo de público, incluso a su nacionalidad, para diseñar la oferta. Por ejemplo, después de una noche italiana de domingo a lunes, ayer fue un tema tropical el hilo conductor de la jornada. Pero no es obligatorio, los hay que prefieren las tumbonas de las piscinas, el aeróbic al aire libre en la bulliciosa tarde en cubierta o incluso jugar a las cartas o meter fichas en el casino.

Y cuando el barco atraca, los visitantes bajan a tierra para ver qué es eso del pulpo á feira o la torre de Hércules. Desde el MSC Opera se ofrecen excursiones a A Coruña, Santiago y Betanzos. El presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique Losada, que ayer presidió una recepción con motivo de la inauguración de la ruta regular, recalcó que no es más que "un bulo que circula por ahí" que se meta a los cruceristas en un autobús hacia la capital gallega. "Solo un 5% son los que van de visita a Santiago", señala Losada, que habla de la importancia económica para la ciudad de este tipo de turismo.

"Es un ingreso marginal para la Autoridad Portuaria pero no para la ciudad", comenta el presidente del Puerto. Calcula que cada viajero en tránsito se gasta unos sesenta euros, mientras que la media de gasto de los que embarcan en A Coruña es de 90 euros. Los tripulantes dejan en las ciudades unos treinta euros por persona y día. El Puerto espera alcanzar en 2011 los 115.000 pasajeros, un aumento del 60%.

Hasta 18.000 personas pasarán por la ciudad en estos nueve cruceros entre julio y septiembre, "prácticamente llenos", según comentó el director general de MSC Cruceros, Emiliano González, que participó en la rueda de prensa con el máximo responsable de la Autoridad Portuaria y la nueva concejal de Turismo, Luisa Cid.

Debido a la respuesta de esta primera experiencia de ruta regular, González avanza la intención de contar con el muelle de Transatlánticos como punto de embarque y desembarco para el próximo verano. Con un Gobierno municipal y Autoridad Portuaria ahora en sintonía, anuncian que "se incrementará la colaboración" para diseñar una oferta turística más atractiva para el crucerista, con futuros proyectos como lanzaderas hacia lugares de interés. "Vamos a trabajar codo con codo con la Autoridad Portuaria, la hostelería y el comercio para arrancar este motor económico", aseguró Cid.