Como un turista más, el ex primer ministro de Portugal, José Sócrates, eligió ayer un restaurante de la calle de la Franja para cenar. Una cerveza Estrella Galicia y una copa de vino Rioja regaron su comida, no muy abundante, compuesta por una ración de pimientos de Padrón y otra de chuletillas de cordero. Y tanto la comida como el establecimiento, Celeiro, le debieron gustar al exsecretario general del Partido Socialista luso porque, según explicaron en el bar, ya había acudido al local el sábado pasado.

Sócrates intentaba en la noche de ayer pasar inadvertido en A Coruña. Vestido con chaqueta y camisa azules y pantalón gris, y con un libro y un móvil como únicos acompañantes, llegó al centro de la ciudad sobre las diez de la noche y en sólo una hora ya abandonaba la calle de la Franja con prisa y molesto por haber sido reconocido. Eso sí, la mayor parte de los clientes de los bares cercanos miraban extrañados y sin saber exactamente quién era el hombre que se apresuraba en abandonar el restaurante.

Durante la cena, no quitó ojo del libro, de varios cientos de páginas, y escrito en portugués, y también mantuvo una conversación telefónica. El político portugués, de hablar pausado e intentando expresarse en castellano, rechazó comentar el motivo de su visita a la ciudad, que se alarga, por lo menos, desde el fin de semana. No quiso desvelar si son los negocios o un tema personal el que le trae hasta A Coruña.

Sócrates apeló al "respeto" tanto a su familia como a sus amigos para no especificar cuáles son las razones de su viaje a Galicia y recordó, con una sonrisa en los labios, que ya no es primer ministro de Portugal, restando importancia a su presencia en la ciudad.

Lo cierto es que en sólo unos meses, el político ha pasado de la primera línea política al anonimato. Primero dimitió del cargo de jefe de Gobierno, que ocupaba desde el año 2005, y hace unos días, el sábado, ya tenía relevo también al frente del Partido Socialista del país vecino, un puesto que ostentaba desde 2004.

Fue en marzo cuando el cuarto plan de ajuste por la crisis económica que presentaba al Parlamento fue rechazado y obligó a Sócrates a presentar su renuncia. Y hace solo cuatro días, los socialistas portugueses elegían como secretario general a Antonio José Seguro. Lo primero que hizo el nuevo líder del partido fue apoyar el proyecto de austeridad presentado por su antecesor.

El ex primer ministro es militante socialista desde 1981 y miembro de la Asamblea de la República desde 1987.