La Feria de Casas Regionales regresa a los jardines de Méndez Núñez con el objetivo de presentar en la ciudad los productos típicos de siete regiones españolas. Este año, todas las comunidades que instalaron sus puestos en años anteriores repiten la experiencia. Así, estos días en los jardines se pueden degustar y comprar platos de regiones como Andalucía, Aragón, Asturias, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Cantabria. A la gastronomía de otros lugares de España, se suma una pulpeira.

Los asistentes podrán visitar dos casetas de cada casa participante, una en la que se pueden degustar las comidas y bebidas típicas de cada comunidad integrante de la feria; y otra, de venta al público de artesanía y productos gastronómicos. Los trabajadores atienden al público desde el día de la inauguración, que fue el pasado jueves. "Todos vendemos muy bien aquí. La gente da un paseo por la feria y alterna en todos los puestos", señala la propietaria de la caseta de venta de pulpo, Begoña Rodríguez.

Los empleados y responsables de los puestos esperan conseguir el mismo éxito que en ediciones pasadas, aunque son conscientes de que dependen del buen tiempo y del momento en que vivimos. "Esperamos que todo vaya bien, pero los tiempos están muy mal por culpa de la crisis. De hecho, notamos mucha diferencia desde el primer día de feria en comparación con otros años", afirma la propietaria de la caseta de Asturias, Irene Vázquez.

Los comerciantes destacan la importancia de fomentar este evento, uno de los más exitosos de las fiestas de María Pita. "La de las casas regionales me parece una feria muy bonita, donde los ciudadanos pueden probar cada día la comida de una región distinta. Yo no tengo referencia de que haya nada igual en el resto de España", declara el encargado de la cocina del puesto de Castilla-La Mancha, Boni Úbeda.

El certamen dedica, como es tradicional, un día a cada una de las regiones participantes, donde se desarrollarán actuaciones y degustaciones típicas. El 31 de julio la muestra se centrará en la comunidad de Aragón; el 6 de agosto, en Asturias; el 7, en Castilla-La Mancha; y el 14, en León. El 20 de agosto se celebrará el día de Cantabria y el 21, último día de la feria, será el día de Andalucía.

Las casetas abrirán al público de 12.00 a 15.30 y de 19.00 a 00.30 horas hasta el día 21 de agosto. Los viernes, sábados y víspera de festivos la hora de cierre se ampliará hasta las 01.30 horas.

El puesto de Andalucía acude a la feria desde hace seis años. "Siempre variamos una o dos cosillas, ahora vienen mucho los montaditos, muy variados. Pero los productos estrella son los mismos desde que empezamos: salmorejo, frituras y, entre las bebidas, además de los finos, el rebujito", declara el dueño de la caseta, Antonio Rilo, quien indica que el año pasado, a pesar de la crisis, la caseta funcionó "bien".

Los hay que esperan un año entero para poder saborear el rebujito, que no es más que una mezcla de manzanilla con refresco de lima limón. Al igual que las demás casetas que participan en la feria, la de Andalucía está adornada con banderas de su Comunidad Autónoma.

La representación gallega en la Feria de Casas Regionales la pone, desde su primera edición, la pulpeira Belén Rodríguez. "Empezamos cuatro gatos. Ahora, esto es un punto de referencia de las fiestas coruñesas", afirma Rodríguez. Su dedicación le llega por herencia familiar: "yo soy la tercera generación en esto, mi hijo ya es la cuarta. Llevamos toda la vida con el pulpo, mi marido trabaja desde los nueve años con sus abuelos en la calle del Orzán", recalca la cocinera. En cuanto a lo que espera de esta edición del certamen, Rodríguez se muestra optimista: "aún es pronto para valoraciones, y el primer día es el más flojo, pero yo creo que en general venderemos como el año pasado", indica.

La caseta asturiana lleva unos diez años acudiendo a Méndez Núñez. En su oferta gastronómica hay productos típicos como la fabada, el queso de cabrales, los chorizos a la sidra, patatas al cabrales y los bollos preñados. Lógicamente, la sidra es la bebida más demandada. "Viene gente que ya nos conoce de otros años, y es lo que pide. Tenemos escanciadores profesionales, asturianos", señala Irene Vázquez.

Los productos más vendidos en la caseta de Aragón son los típicos de la región: morcilla, longaniza, chorizo y bacalao ajoarriero, que los aragoneses presentan en la feria desde hace varios años. Pero la cocinera, Sara Acosta, destaca que cada edición de la feria traen algo nuevo a la ciudad: "Este año, entre las innovaciones, traemos alubias con rabo de buey. Acabamos de empezar, pero esperamos que tenga éxito", afirma. La cocinera señala además que, aunque la apertura de esta edición fue algo más floja que en años anteriores, siempre tienen muchos clientes. "Trabajamos mucho, pero obtenemos buenos resultados", dice.

En la caseta de Cantabria esperan que el fin de semana se acerquen más paseantes a la feria, y ya preparan nuevos productos, además de los más demandados: el jabalí, las anchoas y la típica marmita de atún. Este año intentarán ofrecer pinchos distintos, probando y adaptándose a los gustos del cliente. "Intentaremos uno nuevo con contraste de sabores: melón con boquerón y croqueta de jamón, todo montado en tostas de pan. El primer día ya ofrecimos uno que tuvo mucho éxito, de lechuga con pollo, mayonesa y un poco de mostaza, que le da un sabor distinto", destaca la cocinera del puesto cántabro, Pilar Mouzo, que está especializada en los pinchos que ofrece la caseta de esta comunidad.

Para los responsables del puesto de Castilla-La Mancha, lo fundamental para que los ciudadanos acudan a la feria es que el tiempo acompañe. Este año presentan una gran variedad de alimentos: duelos y quebrantos, gachas manchegas, migas, gazpachos manchegos, quesos, embutidos y dulces como tortas de alcázar. En cuanto a bebidas destacan sus vinos, con denominación de origen de La Mancha. El cocinero del puesto, Boni Úbeda, afirma que lo que más salida tiene son las chuletas de cordero, que trae él mismo desde su comunidad. Destaca, además, el éxito que tiene el puesto de venta de productos, donde ofrecen todos los productos para su degustación, excepto los alimentos perecederos. "Es obvio que los duelos y quebrantos no los podemos tener, pero sí el pan para las migas, por ejemplo". Úbeda se muestra preocupado ante una clientela menor que otros años. "Esperemos que el público se anime, por el bien de los ciudadanos y de quien apuesta por este negocio. Espero que la crisis no llegue aquí, a la alimentación", afirma el cocinero, que destaca la buena organización de esta feria.

Lo que más se trabaja en el compartimento dedicado a León es el embutido. "Tenemos lomo, cecina, chorizo, salchichón, jamón. Lo que más vendemos son las tostas de cecina", declara el cocinero del puesto, Alberto Boquete. Es la primera vez que trabaja en esta feria, al igual que su compañera, Amalia Souto. Se animaron por iniciativa de familiares y amigos, y se muestran sorprendidos por el trabajo que tienen. "Estaremos muchos días aquí, y hasta ahora, por el momento, vino mucha gente, sobre todo a la hora de cenar. Y se espera aún más para el fin de semana", afirma Souto. Su puesto cuenta con una gran variedad de productos: "en pincho caliente o raciones tenemos prácticamente todo lo que sea cerdo, como picadillo, morcilla, lomo, panceta leonesa. También hay callos, que son diferentes a los de Galicia, porque van sin garbanzos", declara el cocinero.

Souto destaca, además, el éxito de las bebidas de su puesto, ya que más que cervezas o cañas ofrecen vinos. "En proporción, vendemos más un Mencía del Bierzo, el Prieto Picudo", afirma la vendedora.