Los indigentes que permanecen acampados en el Obelisco tras la marcha de los miembros del movimiento 15-M el pasado martes solo aceptarán levantar sus tiendas cuando el Ayuntamiento o alguna otra administración pública les conceda "una casa y un sueldo base", según su portavoz. Miembros del departamento municipal de Servicios Sociales los visitaron el pasado miércoles, aunque los sin techo aseguran que los técnicos del Ayuntamiento se limitaron a observar y a saludarlos, y que no hablaron con ellos para debatir sobre su situación o para ofrecer posibles soluciones. El Gobierno local se ha comprometido a dar una solución "individual" a cada uno de ellos.

La mayoría de los que acampan en los Cantones rechazan ir a un albergue, como pretende el Concello, pues consideran que las normas en este tipo de casas de acogida son demasiado estrictas y limitan su libertad. "Si quieren que me marche a un albergue, que acepten que mi perro duerma conmigo, porque es mi familia y lo único que tengo. También hay gente que se queja de que les han robado en los albergues y de que son inseguros", explica el que ejerce como portavoz del grupo, Juan El Vasco.

Las declaraciones de este representante del colectivo anticipan que el Gobierno local no lo tendrá nada fácil para conseguir que los indigentes abandonen el lugar sin que sea necesario el uso de la fuerza. "Que no vengan vacilando con servicios sociales. Quiero ver hechos y no dichos. De aquí no nos marchamos hasta que nos den una casa y un sueldo base", explica.

El director municipal de Servicios Sociales, José Luis Quintela, reconoció ayer, en una entrevista en Radio Coruña, la dificultad para conseguir que los indigentes acepten recibir ayuda en un albergue. "Muchos de nuestros recursos pasan por la voluntad de las personas. Hay gente que dice que tiene que estar en un albergue, pero eso solo es posible si quieren estar en un albergue. No es fácil", expuso el responsable del departamento.

El técnico de Cruz Roja que dirige el programa Sin Teito para atender a los indigentes, Jaime López, recalcó que los trámites para sacar a una persona de la calle son lentos. "Se inicia una relación en la que se les brindan pequeños apoyos. Al mismo tiempo, se van iniciando trámites que pueden ayudarles a salir de esa situación", declaró.

Todas estas palabras significan poco, sin embargo, para los acampados, que dicen no estar dispuestos a abandonar el Obelisco hasta contar con un sueldo y una vivienda. Según el portavoz del grupo de unas quince personas que ha pasado a denominarse Plataforma Sin Techo, el Concello solo podrá acabar con la acampada accediendo a sus demandas o recurriendo a la fuerza.

A los indigentes que duermen en las tiendas de campaña de los Cantones hay que sumar a individuos que, a pesar de tener otro lugar en el que pasar la noche, acuden a determinadas horas al lugar para apoyarlos o, simplemente, para pasar el rato y charlar con ellos.