-Le quedan solo dos fiestas más de María Pita como director titular. ¿No hay todavía sensación de cuenta atrás?

-Para nada, se está trabajando, ya está planificada toda la temporada que se ha presentado ahora y ya está prácticamente planificada, casi al 100%, la 2012-2013. El contrato llega hasta el 31 agosto.

-Por fechas, parece que se despedirá de la orquesta en un concierto en María Pita.

-Me temo que no va a ser así. Si todo va bien, sería en un gran festival. Hay una invitación pero prefiero no hablar hasta que esté cerrado del todo.

-¿Es diferente ensayar para este concierto que para el palacio?

-Tiene sus características porque, al ser trasmitido a la gente a través de micrófonos, el micrófono toma lo bueno y lo malo, lo mejor y lo peor de cada uno. Y encima lo proyecta y lo propaga y lo amplifica. Puede parecer que es menos comprometido pero en realidad es bastante más.

-¿El tipo de programa también cambia por eso?

-Más por el público. En este caso, el público que viene es un público heterogéneo, que va desde el no aficionado hasta el paseante eventual. Hay gente mayor, joven, niños. Un tiempo de una sinfonía de Bruckner no sería lo más apropiado porque requiere una concentración de casi media hora. Pero este tipo de conciertos tienen piezas más breves, que permiten aplaudir, hacer comentarios y permitir que el público se relaje y participe.

-¿Cuáles serán los guiños populares de este año?

-Terminamos con una gran suite dedicada a Walt Disney donde interviene el coro de niños y el coro sénior. Con un instrumento muy especial, el timple canario. Es una especie de pequeña guitarra muy parecida al cuarto venezolano y hay un virtuoso que conozco de hace muchos años. Luego habrá una serie de propinas como un tema de Nacho Cano y se harán los que hacemos siempre, como la Negra Sombra... El himno del Dépor, para animarlo a que vuelva a Primera. Y otro guiño más al Dépor, porque uno de los coros es el de Haendel, que es el de la Champions.

-La próxima temporada la OSG celebra sus veinte años. ¿Qué se ha conseguido?

-Consolidar un proyecto que es envidiable, un referente en España. Y además no es solo la mejor orquesta sinfónica del país sino que además es sostenible. Que no ocurre con otras orquestas de nuevo cuño, como ocurre con una orquesta magnífica como es la orquesta del Palau de las Arts de Valencia, pero que ahora mismo se está poniendo en entredicho si es sostenible, si va a ser posible su continuidad real tal y como está planteada.

-¿Y cómo será esta nueva etapa que se está perfilando?

-Ahora está planteado en los próximos dos años el proceso de búsqueda de un nuevo director. Ya se han hecho muchos movimientos al respecto, reuniones para saber con precisión la opinión de los músicos al respecto. Se ha creado un perfil de lo que ellos consideran que debería ser el director necesario, interesante, para su orquesta y en breve tendremos una propuesta de tres o cuatro nombres que se pasará al alcalde. Yo haré un comentario sobre el tema pero no voy a proponer a nadie en concreto. No se trata de traer un director y entregarle la orquesta sino de buscar un director para esta orquesta y la ciudad.

-¿Apuesta por una batuta que continúe con su línea?

-No se trata de eso. La línea artística puede variar sustancialmente. Es una cuestión de compromiso con la ciudad. Se trata de buscar una persona comprometida. Otras orquestas han cometido errores al respecto contratando a personas que vienen cuatro, cinco o seis semanas al año, hacen sus conciertos con sus contactos y sus intereses, usan como sparring a la orquesta para probarse ellos mismos con esas obras y no hay más implicación.

-En el actual contexto económico, ¿ve peligrar el proyecto de la OSG tal y como lo conocemos?

-El proyecto de la Sinfónica en los últimos tres años ha tenido un descenso del 15% largo. Cualquier recorte a mayores sobre el presupuesto actual sería un torpedo en línea de flotación. Afortunadamente, parece que la Diputación va a mantener la financiación. Y si el alcalde ha pedido a la Diputación que lo mantenga es que lo va a mantener él, imagino. E imagino y espero que la Xunta mantenga el suyo después del recorte del año pasado.

-¿Tiene miedo de ello?

-Estoy a la expectativa. Hay una realidad muy precisa. Ahora mismo en el consorcio no hay ninguno de los fundadores de la orquesta, ni uno. Y por lo tanto los nuevos directivos, tanto el presidente como los vocales, tienen que defender ese proyecto que han recibido, que han heredado. Y en los presupuestos generales es cuando se verá hasta donde llega su defensa del proyecto.

-Pues se sugiere -una expresión política muy de moda- que hay que buscar nuevas fórmulas de financiación...

-Están buscadas hace mucho tiempo. Si alguien lo dice aquí es que ignora cómo es la realidad. Esto se ha explicado muy bien. La Orquesta de Galicia, con la fórmula jurídica de consorcio que tiene, ya recibe financiación a través de diferentes espónsores. Se ocupó de ello en su momento el alcalde Francisco Vázquez. Hay 15 patrocinadores y de un modo bastante importante. El más potente hasta el momento fue Caixa Galicia. Fue un mecenas real durante muchos años al financiar prácticamente en exclusiva el Festival Mozart, y además dar un dinero para los conciertos. Esta participación con la fusión ha descendido notablemente pero se mantiene a unos niveles muy importantes. El 25% del presupuesto es de financiación privada. Y eso no da más ya. Si alguien dice hay que buscar fuentes alternativas de financiación, será la loto pero?