"Si la semana que viene sigue sin haber mortandad, terminaría el periodo de riesgo" en la ría de O Burgo, aseguró ayer el subdirector de Ordenación dos Recursos Mariños, José Molares. Esto no quiere decir que el estuario, tras el vertido de 37.000 litros de queroseno que sufrió el pasado viernes, pueda ser reabierto al marisqueo. Será el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar) el que tenga la última palabra sobre la apertura de la ría, ya que analizará la calidad de los moluscos y de las aguas en las que se criarán de este vertido en adelante.

La Xunta asegura que los vertidos de hidrocarburos tienen una "filtración a corto plazo", por lo que descarta que, en un mes, los agentes contaminantes derramados el pasado viernes en O Burgo, permanezcan en sus aguas dentro de un mes, porque estas sustancias acabarán "metabolizándose o bien diluyéndose por toda la ría", según comentó ayer Molares.

Los primeros datos de las analíticas recogen que no ha habido mortandad de bivalvos tras el vertido en la ría, algo que, para el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores, Manuel Cao, no es un indicador de que el queroseno no se haya metido en sus organismos, ya que los moluscos tienen un sistema de depuración de sustancias que tarda en procesar todo lo que ha ingerido.

La próxima semana los biólogos de la Consellería do Mar bajarán de nuevo a la ría de O Burgo para realizar nuevas pruebas. "Hay previsto un muestreo bastante más intenso que el anterior en el interior de la ría", explicó ayer Molares y es que la próxima semana no habrá ya mareas muertas y los índices de contaminación por hidrocarburos ofrecerán una radiografía más clara del impacto que ha producido el vertido en la ría y en su ecosistema.

Los primeros muestreos fueron "de emergencia", se recogieron bivalvos de diferentes puntos de la ría -desde la boca hasta la zona interior- para comprobar si el derrame de hidrocarburos les había afectado. Esas pruebas se volverán a realizar la próxima semana para comprobar si el marisco sigue vivo a pesar de haberse alimentado de agua que ha estado en contacto con queroseno durante siete días. Hasta ayer, los biólogos no habían registrado ningún caso de mortandad entre los moluscos recogidos el lunes, tan solo tres días después del vertido. Este derrame se produjo la noche anterior a que los mariscadores comenzasen la campaña de extracción.

Las investigaciones apuntan a que un camión que llevaba el hidrocarburo a Alvedro fue saboteado y a que esparció su carga por la ría de O Burgo. El queroseno es más volátil que otras sustancias contaminantes, como el petróleo, por lo que una parte de la mercancía se evaporó en poco tiempo; la otra, la que llegó a la ría y a sus alrededores, según la Xunta, tuvo una "filtración de pocos días".