La atención a las personas mayores experimenta nuevos avances en A Coruña gracias a la puesta en marcha de dos iniciativas del Complejo Gerontológico La Milagrosa, que acaba de incorporar a los servicios que oferta un jardín terapéutico para su centro de día, así como un servicio de telegerontología del que pueden beneficiarse los usuarios desde sus hogares.

"No hay ningún centro en España como La Milagrosa", afirmaba ayer orgullosa María Luisa Ansorena, presidenta de la Unión Democrática de Pensionistas, entidad que gestiona este complejo dedicado a los mayores, que abrió en 2001 su centro de día en la antigua residencia escolar que la Diputación poseía junto a la Casa Cuna. Las instalaciones se complementaron en 2008 con una residencia adaptada a los mayores, aunque desde seis años antes colaboraba ya con el Grupo de Investigación en Gerontología de la Universidade da Coruña para el desarrollo de proyectos de nuevas tecnologías aplicables en la atención a este sector de la población.

La directora xeral de Dependencia, Coro Piñeiro; el alcalde, Carlos Negreira; y el presidente de la Diputación, Diego Calvo, acudieron ayer a la presentación de las últimas novedades incorporadas a La Milagrosa, donde pudieron recorrer su jardín terapéutico y comprobar su adecuación para estimular los sentidos de las personas mayores. Un espacio al aire libre de más de 600 metros cuadrados aunque con el suelo completamente cubierto de caucho para evitar daños en las caídas de los usuarios hace posible ejercitar la vista, el olfato, el tacto y el oído, así como relacionar las percepciones recibidas con la capacidad cognitiva del paciente.

El recorrido es totalmente accesible para personas con problemas de movilidad y que deban utilizar bastones o sillas de ruedas y a lo largo del mismo se encuentra una zona de deambulación con pavimento de diferentes colores, un área de rehabilitación física con pasamanos para mantener la capacidad de desplazamiento y una zona para la realización de terapias en grupo. Pero lo más sobresaliente del jardín son su zona de horticultura y su acuario, ya que la primera cuenta con 9 grandes macetas en las que se cultivan productos como lechugas y berzas que los mayores cultivarán por sí mismos y que después consumirán en las instalaciones, mientras que el segundo es un recinto en el que se contienen peces de colores que estimulan los sentidos de los usuarios, quienes también se encargarán de cuidar estos animales como parte de su terapia diaria.

A estos elementos se suman diferentes especies de árboles frutales distribuidos por el jardín y cuyas copas bajas permitirán que los propios mayores recojan sus frutos, así como unas columnas que emiten olores que deben ser reconocidos por los usuarios. El punto final del paseo por el jardín dispone además de un espejo en el que los mayores pueden verse reflejados con el fin de corregir las posturas incorrectas de sus cuerpos.

El director del complejo La Milagrosa, José Carlos Millán, fue el encargado de exponer las características de la telegerontología, un recurso de apoyo a los mayores a domicilio cuyo objetivo es la mejora de su calidad de vida y que ha sido desarrollado de forma íntegra en Galicia mediante la empresa Recursos y Servicios Gerontológicos, creada por los propios investigadores de la Universidad coruñesa. El profesor Millán explicó que el uso de esta nueva tecnología hará posible el mantenimiento de sus usuarios durante más tiempo en sus propios hogares, por lo que, aunque es más caro que la teleasistencia tradicional, su empleo será más económico para las familias, hasta el punto de que si con su utilización se retrasa el internamiento de una persona un mes, el dinero ahorrado permite financiar el servicio durante dos años.

Para hacer más accesible la telegerontología a los usuarios, esta tecnología emplea pantallas táctiles, de forma que los mayores no precisan utilizar el teclado de un ordenador para recibir los servicios del sistema, que cuenta también con una pulsera que el usuario lleva de forma permanente y que informa mediante control remoto de posibles caídas, así como del pulso del paciente.

Las aplicaciones de las que dispone el servicio se agrupan en las secciones de contenidos, actividades, llamadas, chequeos, domótica y terapias, todas ellas con texto y voz para que puedan ser usadas por personas con dificultades visuales o auditivas. En la primera, el usuario puede acceder a información escrita y audiovisual sobre temas relacionados con sus problemas, mientras que en las actividades tiene a su disposición un amplio abanico de iniciativas para ejercitar sus facultades físicas y mentales.

En el apartado de llamadas es posible contactar con diferentes servicios e incluso con profesionales médicos mediante videoconferencia. El sistema permite también comprobar diferentes parámetros vitales del paciente y está preparado para conectarse con toda clase de mecanismos domóticos y de equipos de control como detectores de humedad en pañales geriátricos o de movilidad.