Cree que el edificio de la antigua prisión provincial es tan importante para la ciudad que no se puede descuidar su rehabilitación ni un año más. El presidente de la delegación coruñesa del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia, José Manuel López Mihura, defiende que se llene de contenido la cárcel cuanto antes. Cualquier uso le parece bien siempre y cuando respete la estructura del edificio y su pasado.

-¿Qué valor tiene el edificio de la cárcel en la ciudad?

-Su valor es muy importante sobre todo en los planos sociológico e histórico, no tanto en el arquitectónico. Forma parte de la memoria colectiva. En su momento, ocupaba un lugar alejado de la ciudad y la trama urbana, al ir creciendo, lo ha engullido y ahora está en un espacio privilegiado, en el entorno de la Torre de Hércules y a un paso de la playa de As Lapas. Es un lugar, por su ubicación, abocado a estar dedicado al turismo o a la cultura.

-¿En qué puede convertirse?

-En la ciudad en la que estamos, cada inversión tiene que ser mirada con lupa porque no se puede hacer nada que luego no sea rentable desde todos los puntos de vista, no sólo el económico, también el turístico y el cultural... Todas las soluciones que se barajaron desde el principio me parecen bien: un parador nacional, un museo, un centro de interpretación para la Torre de Hércules... A mí me parecen bien siempre y cuando conserven la esencia del edificio, sus espacios y estructura.

-¿Es urgente que se le dé un uso al edificio?

-Hay otras prioridades, pero no conviene perder de vista a la cárcel. Lo que tiene que hacer el Ayuntamiento es pedir al Estado su pronta recuperación y tiene que ser antes de que se deteriore más y de que se convierta en un edificio arrasado o invadido.

-¿Se podría plantear la fórmula utilizada en la Fábrica de Tabacos -la de la cesión del edificio a alguna administración- para que se haga cargo de la financiación de la rehabilitación?

-Al margen del organismo que lo rehabilite, lo interesante sería que, lo primero que se hiciese fuese un proyecto económico, que se pudiese llegar a amortizar el dinero que se invirtiese en su recuperación. Hay proyectos de repercusión social, mediática y cultural que no cubren, ni de lejos, la carga económica que necesitan y eso no es lo que necesita la ciudad.

-Una de las posibilidades de las que se habló fue la de hacer un centro cívico, ¿sería viable en un edificio como la cárcel?

-Hay uno en la ciudad que funciona muy bien, que es el Fórum Metropolitano y se acaba de construir otro y aún se habla de lo que costaría abrirlo. En los tiempos que corren, a lo mejor convertir la antigua prisión provincial en un centro cívico, exigiría un dinero que no hay en las arcas municipales.

-Si se espera unos años más para rehabilitar la cárcel, ¿podría ser ya irrecuperable y habría que demoler el edificio?

-Esperemos que no se llegue a ese punto. En mi idea de que el edificio puede ser rentable, hasta compensa rehabilitarlo.

-¿Qué contenido sería mejor para la ciudad, teniendo en cuenta sus necesidades y los contenidos que ya ofrece?

-Es difícil. Todo depende de los estudios de rentabilidad que se hagan de los proyectos. No tengo un informe de los materiales que tiene el Ayuntamiento ni de la inversión que necesita el edificio para ser rehabilitado.

-¿Sería posible una mezcla de capital privado y público para conseguir que la antigua prisión provincial siga manteniendo relación con la ciudad?

-A veces esta fórmula es la única opción que existe.