La Universidade da Coruña carece de terrenos para construir nuevos edificios que den salida a la supuesta masificación de las facultades y tanto la Consellería de Educación como el Ayuntamiento llevan ocho años sin expropiar nuevas parcelas para la expansión del campus de Elviña. ¿Conclusión? La propia Vicerrectoría de Infraestructuras y Gestión Ambiental redactó una modificación del plan parcial del campus, incluida en el documento del Plan General de Ordenación Municipal que está en revisión y que por tanto no ha entrado en vigor, y procedió a levantar un inmueble sin la licencia pertinente.

Sin permiso de obra pero concluido y recepcionado. El primer módulo de los cinco que conforman el proyecto diseñado por el arquitecto César Portela para el área científica del parque tecnológico ya está terminado y el vicerrector y también arquitecto Xosé Lois Martínez dio ayer el visto bueno a la obra. Al inmueble, emplazado sobre parte del aparcamiento existente tras las facultades de Informática e Ingeniería, ya solo le falta disponer de mobiliario y equipamiento para poder abrir sus puertas y la Universidad cuenta con que "todo estará listo antes de que finalice el año".

"La Universidad no va a parar porque las administraciones que se comprometieron a realizar expropiaciones para la institución académica no hayan hecho ninguna desde hace ocho años", argumenta el vicerrector de Infraestructuras y Gestión Ambiental para justificar la construcción del edificio sin licencia y sin esperar siquiera a la entrada en vigor del planeamiento que la ampararía. "La Consellería de Educación y el Ayuntamiento nos marginan constantemente y, si no tenemos solares, tenemos que llevar a cabo nuestras propias estrategias", lamenta Martínez, que reconoce no haber solicitado el permiso de obra al Gobierno local "porque no lo iba a conceder".

La "estrategia" de la Universidad fue proponer una modificación del plan parcial del campus -incluyendo el complejo modular del parque tecnológico- e incorporarla al plan general, actualmente en revisión. De esta forma, indica Martínez, "se resuelven aspectos cruciales para la Universidad como son los graves déficit y la masificación del alumnado y el profesorado en Ingeniería e Informática; la inexistencia de solares edificables desde 2004; y el desnivel de veinte metros entre el área científica y la tecnológica del nuevo parque tecnológico". Pero esa propuesta no entrará en vigor hasta la aprobación definitiva del plan, que el Concello prevé para el próximo verano.

Pese a las supuestas "ventajas" que aporta la construcción del nuevo edificio, la inexistencia de la licencia pertinente puede acarrear una sanción a la que, a priori, la Universidad dice no tener miedo. "El Ayuntamiento debería sancionarse a sí mismo por no haber expropiado nuevas parcelas, tal y como se comprometió hace veinte años", sostiene el vicerrector convencido de que "si el Gobierno central diese mañana 1.000 millones de euros a la Universidad para construir edificios en el campus, tendría que hacerse sin pedir licencia porque no existen terrenos y la obra se valoraría negativamente".

El inmueble recepcionado ayer precisó un presupuesto de 3,57 millones de euros y está levantado sobre una parcela de 900 metros cuadrados que, antes de albergar la primera piedra del proyecto, formaba parte de un aparcamiento público que figura, en el plan general, como suelo destinado a viales.

"El Gobierno de la Universidad no tiene terrenos para edificar ni puede expropiar, nuestra función es dar clase y, en todo caso, gestionar la construcción de edificios. La Consellería de Educación y el Concello no han expropiado ni un solo metro cuadrado en los últimos ocho años, pese a haberse comprometido a hacerlo cuando se aprobó el plan parcial de 1990", concluye Martínez, y añade: "Todo esto no es más que una prueba del cerco al que está sometida la Universidad desde hace ocho años".

Un complejo de cinco edificios contribuirá a liberar la facultad de Informática y la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, actualmente "masificadas", según la propia Universidad, por el elevado número de profesorado y alumnado. "No podíamos quedarnos mirando cómo los estudiantes no caben en una escuela prevista para 1.000 alumnos y que tiene 1.700, ni en una facultad que cuenta con 2.200 matriculados pese a estar diseñada para otros 1.000", explicó ayer el vicerrector de Infraestructuras y Gestión Ambiental, Xosé Lois Martínez, durante la recepción del inmueble, el cual tiene la firma del arquitecto César Portela, en colaboración con Cesáreo Padrón Conde.

Levantado sobre una parcela de cerca de 900 metros cuadrados y con una superficie total construida de 4.300, el primer módulo del área científica del parque tecnológico dispone de sótano, bajo y tres plantas altas provistas de despachos, laboratorios, aulas y unidades de investigación.

Además, tanto Portela como los técnicos del Vicerrectorado de Infraestructuras están "estudiando" una propuesta de intervención en la planta baja del inmueble que permita concentrar las cafeterías de Ingeniería e Informática "en un único espacio que redundaría en una mejor eficiencia del servicio, en la habilitación de los espacios actuales para la ampliación de las bibliotecas de ambos edificios y en una mayor interrelación entre el alumnado y el profesorado de los centros".

Al fondo del pasillo central de cada una de las plantas, los arquitectos han dejado "un hueco" (con grandes ventanales) que deja abierta la posibilidad de comunicar los cinco módulos del proyecto original una vez se hayan construido todos. "Así los alumnos podrán bajarse del bus y acceder al edificio por una gran pasarela, sin necesidad de mojarse en días de lluvia", destacaron tanto Martínez como Portela durante la presentación del edificio. Dicha pasarela, destacaron, "también permitirá conectar las facultades con el parque tecnológico".