El acusado de apuñalar a su hija en Labañou durante la madrugada del pasado 26 de septiembre solicita a la juez que investiga los hechos que lo excarcele. A cambio, el sospechoso se compromete a asistir a terapia para tratar su alcoholismo. La hija del imputado declaró tras ser asistida en el Complejo Hospitalario Universitario por los cortes que sufrió en los brazos que su padre había llegado a casa sobre las tres de la madrugada ebrio y que le había lanzado un cuchillo al pecho durante el transcurso de una discusión.

La joven, que tiene 18 años, testificó que se lesionó los brazos porque detuvo con ellos la trayectoria del arma. La víctima, sin embargo, cambió su declaración una semana después e indicó ante la magistrada de Instrucción número 3 de A Coruña que ella misma se cortó por accidente. Así, la afectada contó que suele salir hasta muy tarde y que ese día al llegar a la vivienda comenzó a pelar patatas. En ese momento, siempre según su versión, su padre le recriminó que llegase tarde y comenzaron una disputa. La joven sostiene que durante la pelea, forcejeó con el acusado y se clavó el cuchillo.

La perjudicada manifestó ante la juez que su padre es una "magnífica persona", pero que cuando consume alcohol se transforma. El procesado, que ya había sido denunciado por cometer hechos similares en el entorno familiar, se abstuvo de declarar ante la magistrada que instruye el caso cuando sucedieron los hechos, pero la segunda vez que fue llamado a testificar, sostuvo la misma versión que su hija. La juez decretó su ingreso en prisión provisional y sin fianza y le imputó un delito de homicidio en grado de tentativa y otro de violencia doméstica habitual en el ámbito familiar.

El abogado del sospechoso, Manuel Ferreiro, solicitó la excarcelación de su cliente. El letrado aseguró a la magistrada que el acusado, que fue sometido a un transplante de hígado, seguirá un tratamiento para dejar de consumir bebidas alcohólicas.

La Policía Nacional arrestó al vecino de Labañou cuatro horas después de que presuntamente apuñalase a su hija, que fue trasladada al hospital Universitario poco después de ser herida. La joven estuvo acompañada por su madre y fue dada de alta ese mismo día, ya que los médicos solo detectaron heridas de carácter leve. El sospechoso se encerró en su domicilio e impidió el acceso de los agentes del 091, que precisaron una orden judicial para acceder a la vivienda.

Al lugar de los hechos se desplazaron, entre otros servicios de emergencias, agentes del Grupo Operativo Especial de Seguridad. Los funcionarios de esta unidad fueron movilizados por la Policía Nacional porque los agentes temían que el presunto agresor se hubiese atrincherado dentro del inmueble con algún miembro de su familia, ya que no abría la puerta ni contestaba a las llamadas de los funcionarios.