Con dinero para construir pero sin solares sobre los que levantar edificios. Esta es la situación con la que el profesor y arquitecto Xosé Lois Martínez dice haberse topado en la Universidade da Coruña cuando, en enero de 2004, tomó posesión como vicerrector de Infraestructuras y Gestión Ambiental, cargo del que fue destituido hace dos días por el rector, José María Barja, por permitir la ejecución de obras sin licencia urbanística en el campus de Elviña. "La Universidad no puede comprar terrenos, tiene que proponer iniciativas a la Xunta para que ésta las estudie y reparta el dinero. Pero, o ejecutas los proyectos, o la institución académica pierde la inversión que le corresponde", lamenta Martínez.

La aprobación del plan general habría servido para dar luz verde a los proyectos de la Universidad en el campus de Elviña, pero la administración es lenta y el tiempo corría a contrarreloj para la desmasificación de las facultades. Había que tomar una decisión y el Vicerrectorado de Infraestructuras y Gestión Ambiental lo hizo; eso sí, intentando cubrirse las espaldas, ya en 2005, con la introducción de una modificación del plan parcial del campus en el documento planteado por Joan Busquets para la ciudad. El ahora exvicerrector pretendía, con la propuesta de cambios urbanísticos remitida al Concello, hacer "legales" obras que, a priori, no lo eran. Y siguen sin serlo porque el Plan General de Ordenación Municipal continúa en revisión y, por tanto, aún no ha entrado en vigor.

En Política de solo e universidade, un documento redactado desde el Vicerrectorado de Infraestructuras en 2004, Martínez realizó "un diagnóstico de la situación del plan parcial del campus para saber lo que faltaba por expropiar y lo que era propiedad de la Universidade da Coruña". Dicho análisis, explica el arquitecto, "ponía en evidencia que la Universidad no tiene solares edificables" y, por este motivo, siempre según la versión del exvicerrector, fue entregado a la Consellería de Educación y al Ayuntamiento -"cuando gobernaba el PP en la Xunta y el PSOE en María Pita", puntualiza-. "Ellos (por el Gobierno gallego y el municipal) son los que tienen que expropiar y dijeron que no", recuerda Martínez.

Ante la ausencia de expropiaciones de parcelas sobre las que levantar los centros de investigación a los que el Feder (Fondo Europeo de Desarrollo Regional) destinaba parte de su presupuesto, a través de la Xunta, en las universidades gallegas, el entonces responsable de obras de la Universidad propuso una modificación puntual del plan parcial del campus a sus compañeros del consello de dirección. Una vez recibió, subraya el arquitecto, el "visto bueno" en el Rectorado, el documento fue remitido al Ayuntamiento con la firma del entonces gerente de la Universidad, Rafael Couto Lestao, que firmó la primera página del ejemplar -a la que ha tenido acceso esta redacción- el 11 de agosto de 2005.

"Propusimos crear una parcela donde no la había y elegimos un aparcamiento para hacerlo, no una zona verde ni nada que pudiese molestar a nadie", indica Martínez haciendo referencia al parking ubicado tras la facultad de Informática y la escuela de Ingeniería, donde el pasado miércoles él mismo recepcionó el primer módulo del área científica.

El profesor reconoce haber levantado el edificio a sabiendas de que el plan general aún no había entrado en vigor, pero destaca el hecho de que fuese el entonces gerente quien firmó la remisión de la propuesta de modificación del planeamiento y de que el equipo de Gobierno de la Universidad "tenía conocimiento del documento porque fue presentado en el consello de dirección". "No soy yo quien lo entrego, un vicerrector no pide licencias, un vicerrector piensa en temas de política espacial y, luego, hay un aparato burocrático que se encarga de ciertos trámites", argumenta.

Al igual que "se sabía" en A Maestranza, el vicerrector asegura que "el Concello conocía la situación del campus coruñés porque no solo se envió un nuevo documento en 2006 que mantenía la clasificación del aparcamiento como solar edificable, sino que además fue incluido en el plan general realizado por Joan Busquets".

"Yo siempre he actuado por el bien de la Universidad y sin ocultar nunca nada al Ayuntamiento. Tengo una edad y sé perfectamente lo que puedo hacer solo y lo que no", apostilla Martínez todavía "sorprendido" por la decisión que, de forma "unánime" -según anunció el rector, José María Barja, en un comunicado- tomaron sus compañeros de gobierno hace dos días.

El profesor universitario, que asegura que "hay quien tiene la memoria muy débil", dice que ya no quiere "saber nada" sobre si los centros previstos para el campus, y los ya levantados -como el primero del área científica, el Citic o el Citeec- "son edificios legales o no", pero insiste en que están proyectados sobre "terrenos legalizables" (a la espera de que se apruebe el plan general de ordenación de la ciudad).

"La Universidad tiene que tirar para adelante y abrir las aulas todos los días para ofrecer el servicio público que esperan miles de alumnos; eso es lo importante. Yo ya no quiero saber nada, pero sí sé que, por las actitudes que adoptan determinadas administraciones, al campus le pasa lo que al aeropuerto de Alvedro, que no cabe en el modelo que están diseñando para Galicia", sentencia el exvicerrector.

El comunicado remitido por el rector para informar de la destitución de Martínez subrayaba que "como institución responsable y como servicio público", la Universidad hará "todo lo preciso para reparar la tramitación administrativa", lo que supone, indicaba Barja, "revisar las obras que se están realizando y ordenar la paralización inmediata de las que no cumplan la normativa". Fuentes del Rectorado declararon ayer a esta redacción que "se está trabajando" en dicha revisión y que será la comunidad universitaria "la primera en conocer los resultados".