Hay quien considera The ghost of fashion (2001) uno de los discos clásicos del rock americano de la pasada década. Frustrada su promoción por el 11-S, quedó como un disco de culto. Eef Barzelay, líder de Clem Snide, interpretó ayer los temas de aquel álbum en Mardi Gras, invitado por Heineken Music Selector. Hoy actúa en el Café & Pop Torgal de Ourense. Le acompañarán miembros de la banda barcelonesa Partido, los "spanish Clem Snide", en palabras de Barzelay, que siempre ha mantenido una buena relación con los muchos seguidores que tiene en nuestro país.

-El último trabajo de Clem Snide es The meat of life. ¿Cómo lo describiría, en términos de música y melodías?

-En cuanto al estilo musical, quería que sonara como si se hubiese publicado en 1974. Cálido y directo, con sonido clásico. En cuanto a la letra, The meat of life es el último disco de mi trilogía failure and loss (fracaso y pérdida), los otros dos serían Lose Big y Hungry Bird. En los últimos años he visto morir a mi madre, romperse mi banda y a muchos amigos separarse o divorciarse, y las canciones reflejan aquello.

-¿Qué le parecen las etiquetas utilizadas por la crítica para referirse a Clem Snide, como anti-folk o country alternativo?

-Creo que están bien. Supongo que tienes que etiquetarlo de alguna forma, pero no pienso mucho en ello. Solamente compongo canciones con una guitarra acústica, y luego intento que suene bien en el estudio y en el escenario.

-¿Considera que ha sido siempre bien tratado por los críticos musicales? ¿Lee las críticas que se publican de sus discos?

-Algunos críticos importantes han apoyado a Clem Snide a lo largo de los años, pero a otros no les han gustado tanto nuestros discos. Sí que leo las críticas, pero nunca me hacen sentir bien, ni siquiera cuando son positivas. Esa es una de las razones por las que me encanta tocar en España: no entiendo lo que escriben sobre mí, y eso lo hace más fácil y divertido.

-Su voz nasal recuerda, a veces, a la de Neil Young. Y ha versionado su canción Barstool blues. ¿Es Young una influencia fundamental en su música?

-Neil es una de mis mayores influencias, desde luego. Cuando tenía veinte años y empecé a componer canciones tomé un montón de LSD y escuché una casete de On the beach (1974) una y otra vez. Quedó grabado en mi alma para siempre.

-También ha interpretado versiones de Man in the mirror, de Michael Jackson, y de Beautiful, de Christina Aguilera -escrita por Linda Perry-. ¿Prefiere versionar a artistas menos obvios?

-Sí, me gustan esas versiones sorpresa. Es mucho más divertido coger una canción y cambiarla para que encaje en mi boca que tratar de adaptar mi boca a un tema de Bob Dylan o algo por el estilo.

-¿Hay algún tema recurrente en sus letras, cosas de las que suele escribir con frecuencia?

-Ha cambiado y evolucionado a lo largo de los años, pero creo que mi mensaje principal es que si nos liberamos de nosotros mismos podemos ser libres y conectar con esa parte de nosotros que es eterna y parte de lo divino. A veces, en la vida es el dolor y el sufrimiento lo que hace que las grietas dejen pasar la luz. Así que trato de escribir sobre las penalidades de la vida con humor y empatía.

-El descontento de los votantes estadounidenses con su gobierno acaba de alcanzar su máximo. ¿Es el final de la 'esperanza' en Barack Obama?

-Todavía me gusta Obama y creo que es una persona honrada, pero no ha tenido éxito casi en nada. Tal vez los problemas que trata de resolver son demasiado graves.

-Clem Snide se disolvió como grupo y volvió a reunirse en varias ocasiones. Neil Finn, el líder y vocalista de Crowded House, dijo una vez que 'una banda es como una pareja, pero sin sexo'. ¿Está de acuerdo?

-Oh, claro, es como estar en una pareja sin sexo, y aún peor: una pareja sin sexo que trabaja en la misma empresa.