Más de 10.000 ciudadanos, según la organización y la Policía Local, se sumaron ayer a la protesta convocada por los indignados del movimiento 15-M y por otras agrupaciones a nivel mundial en el llamado 15-O para exigir una reforma integral del sistema político y financiero global. Con pancartas que reclamaban un reparto más equitativo de los recursos y que responsabilizaban a políticos y banqueros de la crisis económica, vecinos de la ciudad y de la comarca completaron una ruta desde la plaza de Pontevedra hasta la de María Pita.

Los manifestantes no dejaron de lanzar proclamas en todo el recorrido, que incluyó vías como San Andrés, Rúa Nueva y La Marina. Los cánticos y lemas de los indignados se intensificaron frente a sedes financieras como el edificio de Novacaixagalicia en Rúa Nueva, lugar en el que los manifestantes dedicaron críticas y algunos insultos a los que, según ellos, son los responsables de la crisis.

También se detuvo la marcha en el Obelisco, un espacio de especial relevancia para el movimiento 15-M en la ciudad, por ser el lugar en el que algunos de sus miembros permanecieron acampados durante varios días, recibiendo por ello críticas de algunos sectores de la ciudadanía que consideraron este acto de protesta como una usurpación del espacio público. "Este lugar sí nos representa", vociferaron los indignados en el punto que conecta Los Cantones con la calle Real, antes de enfilar la avenida de La Marina en dirección a María Pita.

Entre las miles de personas que mostraron su descontento durante la marcha había jóvenes en paro, padres que marchaban acompañadas de sus hijos y que defendían la enseñanza pública, jubilados temerosos de que la crisis repercuta sobre sus pensiones y ciudadanos que, aunque sin tener ningún motivo concreto, se sienten decepcionados con unos políticos con los que no se sienten identificados. "El sistema político no representa a los ciudadanos y, por eso, hay que manifestarse. Los políticos toman medidas que no se corresponden con las necesidades. Los platos rotos siempre los paga el pueblo", explica Juan Manuel, uno de los participantes en la manifestación.

Durante la protesta hubo también tiempo para emprender actuaciones contra algunas medidas programadas por el Gobierno local, como la supresión del carril bus. Los asistentes tuvieron la oportunidad de colaborar con su firma en una campaña para reclamar el mantenimiento del vial para el transporte público. "No queremos que Negreira lo quite", comentó uno de los encargados de recoger las firmas.

La marcha terminó con la lectura de un manifiesto. Los únicos incidentes fueron el protagonizado por una mujer ebria que trató de impedir el avance de la manifestación en San Andrés y que fue retirada por la policía y un enfrentamiento en la plaza de María Pita entre los agentes y unos jóvenes que intentaron quemar un muñeco.