Residen en A Grela desde que nacieron y, pese a que desde hace bastantes años están rodeadas de edificios industriales, no habían tenido problemas derivados de sus actividades. Pero cuando comenzó la construcción del centro comercial Marineda City comenzaron las preocupaciones, ya que fue necesario modificar el camino que discurría desde As Rañas hasta la carretera a los Baños de Arteixo, en cuya confluencia se encuentran sus viviendas. Con el fin de facilitar los accesos al complejo, se modificó el nivel del vial, de forma que se elevó con respecto al muro que cerraba la finca propiedad de estas familias.

La antigua altura que preservaba la intimidad de estos vecinos quedó anulada, de forma que quienes caminen por la acera construida recientemente tienen ahora la finca a sus pies, lo que permite a los vándalos lanzar todo tipo de objetos al interior y causar molestias a los residentes. Yolanda Cedeira, una de las afectadas, destaca que cuando se inició la construcción del centro comercial les prometieron que el muro se elevaría de nuevo para reponer la altura original, pero nadie se hace cargo ahora de la obra.

Sus protestas llegaron también al Ayuntamiento, en el que fue recibida por la antigua concejal de Urbanismo, Obdulia Taboadela, también con resultado infructuoso. Ahora ha solicitado una entrevista con el nuevo responsable del departamento, Martín Fernández Prado, sin que haya recibido noticias por el momento.

Los fines de semana son el peor momento para estos vecinos, según explica, ya que son muchas las persona que circulan por esta acera y al pasar junto a la valla de su finca tratan de romperla, lanzan piedras a los perros, arrojan basura al espacio creado entre la acera y la verja e incluso llegan a subirse al tejado de una edificación anexa a la vivienda gracias a su escasa altura con relación al suelo, con el peligro que esto supone.

"Para pagar impuestos somos de este ayuntamiento, pero para que vengan a limpiar esta porquería no", comenta amargada Yolanda, cuyos requerimientos para que se retiren los desperdicios no han sido escuchados en el Concello. Esta vecina destaca además el peligro que supone el cruce en el que se halla su vivienda, ya que los vehículos -muchos de ellos camiones de gran tonelaje- que tratan de incorporarse a la carretera a los Baños de Arteixo en dirección a la ciudad se ven sorprendidos muchas veces por la velocidad a la que circulan los que proceden de la autopista, por lo que teme que algún día un coche se estrelle contra los edificios de su familia.