El embalse de Cecebre ha perdido en los últimos ocho días cuatro puntos de sus reservas, estaba en un 49% y ha bajado al 45%, por lo que la cantidad de agua acumulada se acabaría el 16 de enero del próximo año si no se hiciesen restricciones y no lloviese en estos 87 días. El comité que estudia la posible sequía en Galicia asegura que la situación en la comarca es preocupante, aunque no llega a disparar las alarmas de la Xunta. Ha habido tiempos peores, por ejemplo, en 2007, cuando el agua de la presa solo cubría el 38% de la capacidad total del embalse.

Si la situación empeora, la Delegación Territorial de la Xunta en A Coruña ya cuenta con una relación de actuaciones que se podrían realizar si el suministro, finalmente, fallase. El agua llegaría mediante cisternas a la población y se realizarían obras de urgencia en infraestructuras hidráulicas para poder disponer de líquido potable para el abastecimiento.

Mientras las lluvias no llegan, la Xunta recomienda a los vecinos que cambien algunas de sus rutinas para extremar el ahorro de agua. Una de las pequeñas recomendaciones que el Gobierno gallego realiza, para evitar el derroche de agua en tiempos difíciles, es cerrar el grifo al lavarse los dientes y también mientras se enjabonan los platos, ya que solo con evitar la fuga de agua durante el cepillado de la dentadura, se ahorran doce litros de agua por minuto. Otra de las recomendaciones que hace la Xunta es la de reparar los grifos que pierdan agua, porque se pueden ahorrar hasta 400 litros de líquido potable durante un día en una vivienda. Las horas de riego son también importantes. La Xunta recomienda hacerlo a primera hora de la mañana o al atardecer.

En la sequía de 2007 no llovió hasta el mes de enero, así que la presa fue perdiendo recursos hasta quedarse en un delgado 38%. No es hasta que el nivel del agua acumulada en Cecebre baja hasta el 40% cuando la Empresa Municipal de Aguas de A Coruña (Emalcsa) llama a los ayuntamientos que se sirven del líquido del embalse para que empiecen a limitar el uso de la traída. Los primeros que notan los recortes en el suministro son los concellos, ya que se recorta en baldeos y en el riego de zonas públicas. Nunca, según el protocolo que utiliza la empresa municipal, los primeros afectados son los vecinos y su consumo diario.