Muchas son las concesiones que se ha encontrado otorgadas el concejal de Medio Ambiente, Enrique Salvador, pero también son muchas las ganas del edil de mejorarlas, acatando los contratos firmados. Cree que se puede hacer en el caso de Nostián o la limpieza viaria y siempre, asegura, con diálogo con las empresas y con los vecinos, para detectar las necesidades.

-Una auditoría analizará el funcionamiento de Nostián, ¿cree que es mejorable?

-Con respecto al proceso técnico y de gestión del residuo, en este momento entendemos que hay mucho margen de mejora, no podemos imaginarnos por qué en su día cuando se firmó la concesión el Ayuntamiento tenía unas pretensiones del 65% de reciclaje y estemos en el 30 o 35%. No es de recibo. Quizás el 65% es demasiado pretencioso, pero de ahí hasta el 35%...

-La situación económica tampoco es buena, según Albada.

-Hay un desequilibrio económico importantísimo que reclama la concesionaria. El anterior gobierno municipal aprobó a última hora, en abril, una cantidad importante, de tres millones al año, que supone al final de la concesión 35. Y es un reconocimiento parcial de lo que globalmente reclama. Haber hecho eso sin hacer un análisis previo ha sido bastante precipitado. Y al final es un precio que de una manera o de otra va a repercutir en los ciudadanos porque nosotros no nos dotamos de otra cosa que no sean tasas.

-¿Las noticias constantes sobre el dudoso funcionamiento de Nostián no desaniman a los ciudadanos a separar la basura?

-La participación ciudadana es una de las vías fundamentales. Uno de los motivos de que el reciclaje sea muy bajo es porque la separación en origen es baja. En su momento la gente se ilusionó mucho con este proyecto, colaboró mucho, hacía una separación domiciliaria con mucho compromiso pero a lo largo de tiempo, como vio que este sistema iba decayendo en sus objetivos finales, la gente se fue desilusionando, desmotivando y ahora la separación no es la idónea. Es otra línea más de actuación de la concejalía, hablar con los ciudadanos y trasmitirles el mensaje de que su colaboración es básica. Queremos que vuelvan a creer en que el tratamiento puede ser modélico.

-¿Y cómo ha acogido la concesionaria la auditoría?

-Están deseando que se realice porque de alguna manera ellos basan su reclamación en unas cifras que habrá que comprobar antes de reconocer cualquier tipo de deuda.

-¿Se puede retirar el dinero que le concedió el anterior Gobierno local?

-Legalmente están reconocidos, por el acuerdo de junta de gobierno, de aquí al final de la concesión. Pero el objetivo de la auditoría es ver si esa cantidad es suficiente o si es una exageración y tratar de plantear una negociación global con la concesionaria para que se mejore en todos los sentidos.

-Hablaba de que ese dinero repercutiría en los ciudadanos, ¿subirá la tasa de basura?

-La tendencia, que no se ha hecho nunca en este Ayuntamiento, es que los servicios que se prestan a los ciudadanos sean sostenibles económicamente: el agua, basuras, parques y jardines o la limpieza viaria para poder atender otro tipo de urgencias, que ahora hay muchas, de servicios sociales o de educación. Desde el principio esta tasa siempre ha sido deficitaria, tanto en la recogida como en el tratamiento. Nuestro compromiso es congelarla el año que viene pero tendremos que ir pensando en que los ciudadanos tienen que entender que si quieren tener estos servicios hay que pagarlos.

-¿Se trabaja con el horizonte de recepcionar la planta?

-La recepción técnica estaría más o menos realizada. No está en toma de conocimiento, pero lógicamente habrá que mirar si toda esta documentación que se va a analizar en la auditoría se corresponde con la realidad actual de la planta, entonces la recepción habría que hacerla. Es necesario.

-¿Cómo se pueden solucionar los destrozos del botellón?

-Lo que se hizo con el botellón fue trasladarlo de unos sitios a otro. Ahora está localizado en concreto en un sitio y hay un doble problema. Primero, permitir que los menores puedan beber y, segundo, el destrozo que hacen en el mobiliario urbano y los sobrecostes de tener el jardín aseado y limpio. Este fenómeno se da en toda España y hay que moldearlo un poco. No podemos pasar del todo a la nada en muy poco tiempo. Hay que tener medidas disuasorias y alternativas de ocio para los chavales y medidas también de control y vigilancia. También hay que controlar los sitios donde se expenden bebidas a menores.

-¿Contempla el traslado?

-No, sería llevar el problema a otro lado, porque estoy seguro de que molestaría en otro lado, indirecta o indirectamente.

-Le criticaron por limpiar fincas y no reclamar el coste a los propietarios.

-Fue por un decreto de emergencia, porque veíamos que la climatología estaba ayudando a que pudiera haber otro incendio. El precedente en O Portiño nos asustó mucho. A posteriori no se puede reclamar nada, pero tenemos inventariadas las fincas que se desbrozaron y en enero empezaremos a requerir a todos los propietarios para que las mantengan limpias y evitemos riesgos de cara al verano. Es un proceso administrativo complicado y nunca se había hecho. Se les requerirá y obligará y sí que podremos hacerlo subsidiariamente.

-¿Qué piensa el Concello en el conflicto entre la comarca y la concesionaria de la planta municipal, Albada, que ha dejado de admitir los residuos del área metropolitana?

-Claramente ha suspendido de forma unilateral el servicio y con ello no solo está perjudicando a los ayuntamientos del área sino también a la ciudad. Desde el Ayuntamiento, nuestra completa solidaridad con los perjudicados. Creemos que la solución pasa por sentarse tranquilos a hablar y resolver esta situación dialogando entre las tres partes.