Los familiares del pintor Félix Verdejo, fallecido hace cuarenta años, se esfuerzan en recuperar la obra y la memoria de este paisajista, nacido en Vitoria en 1895 pero que desarrolló la mayor parte de su trayectoria vital y profesional en A Coruña, y que tuvo al paisaje gallego como principal fuente de inspiración. Sus descendientes organizan una exposición que se pondrá en marcha el viernes en la sede de la Fundación Novacaixagalicia, como primer paso para difundir el talento de Verdejo.

El nieto del artista, Valentín García, explica que esta instalación, que se podrá visitar hasta el 4 de diciembre, tiene como objetivo ubicar la obra de Verdejo en el contexto de la pintura gallega contemporánea: "Mi abuelo nunca tuvo que pintar para vivir, y por circunstancias laborales y personales, pasó temporadas fuera de Galicia, hasta que se estableció en la ciudad en la madurez, y aquí pintó las tierras gallegas que tanto le gustaban".

La vida del artista, que recaló en A Coruña siendo muy joven debido al trabajo de su padre, estuvo marcada por la Guerra Civil; acusado de masón y liberal tras el triunfo de los sublevados por su fidelidad a la legalidad republicana, Verdejo fue expulsado del Cuerpo Técnico de Telégrafos y desterrado desde Barcelona, donde había sido destinado, a Valladolid. Más tarde regresó a la ciudad, donde desarrolló la mayor parte de su carrera pictórica.

"Lo que intentamos es recuperar su memoria, cuarenta años después de su fallecimiento -remarca García-, y situarlo en un lugar de la pintura gallega. Obviamente, no va a desbancar a Lloréns ni a Lugrís, pero fue un pintor coruñés de referencia en su época, y estamos trabajando para que salga a la luz mucho de su trabajo, que se encuentra en manos anónimas".

Porque el objetivo de los familiares, aparte de reivindicar la figura del paisajista, es el de catalogar su producción, una labor muy compleja debido a la gran cantidad de obra de Verdejo que hay dispersa por hogares particulares.

"Para elaborar la exposición contamos con más de 75 cuadros, aunque la selección final será de aproximadamente 60 -explica el nieto del artista-. Serán en su totalidad paisajes con aire impresionista, en pequeño formato, en los que retrata árboles, corredoiras y la costa. Trabajaba con espátula, y empleaba unos colores muy particulares. Pintó hasta el final de su vida, y su estilo fue mejorando según cumplía años".