La juez que instruye el caso del asalto a una vivienda de Monte Alto que terminó con la habitante del inmueble maniatada y con el secuestro de una perra ha ratificado la prisión para los cuatro imputados después de que estos -los dos hombres que supuestamente entraron en el inmueble ubicado en la calle Tui, el que esperó con un coche en la calle para facilitar la huida y la mujer que los contrató- reconocieran los hechos. Los imputados, que declararon ayer de nuevo, ya habían reconocido la autoría en su primera comparecencia en los juzgados, aunque el secreto de sumario, que ahora ha levantado la juez, impidió que esa información trascendiera.

Aunque los asaltantes reconocieron que entraron en la casa, maniataron a la mujer y se llevaron varios objetos y la mascota; precisaron que lo hicieron bajo los efectos del alcohol y de la cocaína, que en ningún momento dispensaron un trato violento a la mujer -al margen de haberla maniatado- y que únicamente cometieron el delito por dinero, al haberles prometido la imputada mil euros a cada uno.

Los tres hombres imputados, a los que defiende el abogado José Ramón Sierra, también declararon ante la juez que, desde el momento en que observaron que la mujer que los contrató no tenía intención de pagarles, trataron de desentenderse de la situación y que, por ello, empeñaron todo lo que habían robado y se fueron lejos de la ciudad.

Los que asaltaron la vivienda, según informó el letrado José Ramón Sierra, también aportaron ante la juez detalles sobre el plan que siguieron para entrar en la casa. Los imputados declararon que lograron abrir la puerta del portal gracias a una llave que la mujer que está imputada por haberlos contratado les facilitó. Esta mujer, siempre según el testimonio de estos imputados, también fue la que les dijo que fueran a buscar un mueble para hacerse pasar por los encargados de entregárselo a la víctima.

La imputada, que también declaró ayer, reconoció haber recurrido a dos de los detenidos para secuestrar a la perra, aunque aseguró haberlo hecho para cobrar un dinero que le había prestado a la víctima. La mujer añadió que su plan era el de cobrar la deuda a cambio de la perra y que en ningún momento pidió a los imputados que entraran en la casa. Esta versión contradice la de quienes explicaron que la imputada deseaba asustar a la víctima para impedir que esta declarase contra ella en un juicio .

La víctima, que también acudió ayer a los juzgados y que se presentará como acusación particular, agradeció el trabajo de los agentes policiales y precisó que su edad es de 58 años y no de 60, como dijeron algunos de sus vecinos, y que no es cierto que su salón esté lleno de fotos de su perra.