El centro Ágora fue inaugurado el pasado 26 de marzo -último de los días previos a las pasadas elecciones municipales en que estaba permitido a los ayuntamientos presentar obras-, por un alcalde que ya no gobierna y cuando el edificio carecía de muebles. La previsión era en aquel entonces que el complejo comenzara a funcionar con total normalidad en Semana Santa pero lo cierto es que, a día hoy, sigue cerrado y se ha convertido en motivo de enfrentamiento entre Gobierno local y oposición.

Lo que para el alcalde y su equipo ha sido un despilfarro por parte del anterior Gobierno local, es para el grupo municipal del PSOE una obra fundamental para la calidad de vida de los vecinos de barrios "humildes" como el del Agra do Orzán, y lo que para Carlos Negreira es una ausencia de actividades motivada porque el edificio carece de equipamientos y está a medio construir, es para Mar Barcón una prueba más de los supuestos recortes sociales que, según los socialistas, aplican los populares.

La polémica inauguración y las discrepancias sobre la necesidad de un espacio como el Ágora no son lo único que mencionan los populares y los grupos de la oposición -sobre todo el PSOE- en sus enfrentamientos dialécticos sobre el centro. El Gobierno local, tras conocer las críticas formuladas ayer por Mar Barcón, recordó el elevado sobrecoste de la obra, por la que se pagaron, entre las obras y el equipamiento, cerca de 20 millones de euros, a pesar de que la cantidad que estaba previsto abonar en un principio era de tan solo 8,28 millones de euros. El elevado coste del Ágora que mencionan los populares como crítica es utilizado, sin embargo, por los socialistas para aludir a la necesidad de que no se desaprovechen las instalaciones y de que el cierre no se prolongue.

"Para el Gobierno local, el proceso de ejecución de esta obra será recordado como un escándalo, por los continuos incrementos en el coste de su construcción y de su equipamiento", expuso el Ayuntamiento en un comunicado enviado después de que la portavoz del grupo municipal socialista acusara al alcalde de haber perpetrado "el mayor atentado a las políticas sociales de la ciudad" al mantener cerrado un espacio pensado para "dar servicio a una cuarta parte de la población de la ciudad".

El Ayuntamiento, a pesar del cruce de declaraciones entre Gobierno local y oposición, sigue sin ofrecer una fecha para la apertura del Ágora y se limita a mencionar los trámites que, a su juicio, deben completarse antes de que el centro pueda acoger actividades. El Concello explica que el anterior Gobierno local llegó incluso a dejar parte de las obras sin pagar, lo que hace que esté aún pendiente el pago de la liquidación del proyecto. También alude el Ayuntamiento a la necesidad de diseñar un programa de actividades que haga que el complejo resulte rentable a pesar de costar su mantenimiento 1,3 millones de euros. Recientemente se ha conocido -tras la suspensión temporal de la Arroutada Party- que el edificio había pasado a manos de la Concejalía de Cultura y no lo llevará Servicios Sociales.

"El actual equipo de gobierno ha trabajado sin descanso desde el inicio del mandato para finalizar un proyecto a medio construir y para tratar de minimizar, en la medida de los posible, los gastos. El Ayuntamiento se centra ahora en pagar la liquidación de las obras, en programar actividades que permitan optimizar su uso y en contratar los servicios de mantenimiento", manifiesta el Gobierno local en el comunicado en respuesta a las críticas de la socialista Mar Barcón.

La portavoz del grupo municipal del PSOE tiene una opinión contraria a la del Gobierno local, pues asegura que el complejo contaba con una programación cerrada y con unos servicios adjudicados. Barcón añade además que la decisión del Ayuntamiento de mantener cerrado el Ágora ha propiciado la pérdida de un centenar de puestos de trabajo. Barcón también expuso que los barrios que se beneficiarían del centro Ágora se encuentran entre los más humildes de la ciudad, algo que hace que la apertura del centro sea aún más necesaria. La portavoz socialista asegura que el Ágora tendría sobre el barrio del Agra do Orzán un efecto similar al que los centros comerciales tuvieron para la zona de la plaza de A Cubela y para Os Rosales.

Los vecinos

Los vecinos constatan que nadie les ha preguntado por el futuro del proyecto. Mientras Gobierno local y oposición intercambian reproches sobre el centro Ágora, la asociación vecinal del Agra do Orzán no se decanta por ninguna de las dos partes. Su presidente, Carlos Suárez, tras la polémica política, dice que, puesto que el centro Ágora existe, habrá que utilizarlo tarde o temprano. "Puesto que se construyó, habrá que asumirlo y utilizarlo, aunque a nosotros nadie nos preguntó", expresó.

El predecesor de Suárez en la presidencia de la asociación vecinal, Francisco Graña, fue uno de los mayores defensores de la necesidad para el barrio de una obra como el Ágora que, a su juicio, era imprescindible para solventar las carencias de servicios en la zona.