El guardia privado que el Ayuntamiento contrató para el edificio número 400 de la ronda de Outeiro para que un agente de la Policía Local que no se reincorporó al cuerpo tras una baja médica y que reside en el edificio dejara de causar problemas no fue suficiente para evitar, la noche del pasado jueves, que ocurriera un nuevo incidente. Un vecino del edificio denuncia haber sido agredido por el hijo del agente tras una discusión que se inició después de que el policía le pegara una patada al perro de la víctima, que, cuando ocurrieron los hechos, dialogaba con otro vecino y con el guardia de seguridad. Los residentes en el edificio han presentado decenas de denuncias contra el policía, que llegó a ser condenado por vejar a unas menores en un parque.

El vecino que sufrió supuestamente la agresión, que reside en el primer piso del bloque, denuncia ante la Policía Nacional al padre y al hijo por agresión. Relata que su perro se acercó al policía y a su hijo, que, a su vez, también se encontraban paseando a su mascota. El policía no aceptó de buen grado que el animal de la víctima se aproximara a él, motivo por el que, según el testimonio del denunciante, le propinó una fuerte patada. Fue la reacción del propio vecino, al recriminarle al policía su acto, la que originó una refriega en la que participaron los dos residentes y el guardia, por un lado, y el antiguo agente municipal y su hijo, por el otro.

Durante la discusión entre el propietario del perro agredido y el conflictivo residente, el hijo del agente sorprendió supuestamente a la víctima por la espalda y le propinó un puñetazo en la cara. "Yo me encaré con él y su hijo me dio un puñetazo en la cara", comenta la víctima, cuyo parte médico refleja que sufrió un "traumatismo con puño en el ojo".

Tras este puñetazo, intervinieron el otro residente y el guardia jurado, intentando ambos poner fin al enfrentamiento. El policía, sin embargo, dirigió contra ellos varios puñetazos y patadas, llegando a arañar al vigilante de seguridad. Finalmente, el agente y su hijo entraron en el edificio y se encerraron en su casa.

Agentes policiales se desplazaron al lugar de los hechos, aunque no tuvieron oportunidad de interrogar sobre los hechos a padre e hijo debido, según cuenta la víctima, a que éstos se negaron a abrir la puerta de su domicilio cuando los miembros de las fuerzas de seguridad llamaron a ella.

La asociación de vecinos Nuestra Señora del Carmen recordó ayer, tras este suceso, que la supuesta agresión ocurrida el jueves no es la primera en la que está implicado el agente. Los residentes mencionan que el policía local ya había agredido a un hombre de 70 años y a una vigilante que precedió al guardia envuelto en la última refriega. Además de estos sucesos, los vecinos mencionan que las más de 40 denuncias presentadas contra el conflictivo vecino incluyen destrozos en vehículos, incendios en el portal, rotura de buzones y amenazas de muerte.

El agente fue condenado a pagar 200 euros el pasado año por "entrometerse" en las relaciones de unos niños que jugaban en un parque y por llegar a dirigir palabras vejatorias a una menor.