El Ayuntamiento comenzó ayer a retirar las aletas de tiburón que delimitaban la barrera entre el carril bus y la calzada por la que circulan los vehículos privados en Federico Tapia. Es el primer paso para la instalación del sistema de la onda verde, que comenzará a funcionar, en pruebas, este fin de semana, aunque su implantación definitiva tardará un mes.

Con el nuevo sistema de reordenación del tráfico, el Ayuntamiento pretende que los autobuses puedan recuperar el tiempo -que hayan perdido en atascos- en los cruces y semáforos que se encuentren en su recorrido, para que lleguen a su hora a la parada.

Los discos se pondrán verdes para favorecer que los autobuses retrasados circulen más deprisa y habrá un sistema de vigilancia adicional, mediante cámaras, que controlará que los vehículos particulares no entorpezcan el trayecto de los autobuses parando, por ejemplo, en doble fila o realizando maniobras indebidas.

Las vías en las que se desarrollará esta reordenación del tráfico estarán pintadas de naranja, para avisar a los conductores de que la vigilancia será todavía mayor que en el resto de la ciudad, y contará también con plazas de aparcamiento rápido, en las que los vehículos podrán estar estacionados un máximo de veinte minutos, previo pago de cuarenta céntimos, o bien diez minutos, para lo que los conductores tendrán que abonar una tarifa de veinte céntimos. El objetivo del Gobierno local es eliminar el carril exclusivo y permitir que todos los vehículos circulen por él, pero darle, al mismo tiempo, prioridad al transporte público.