El hombre de 78 años que fue condenado a quince años de cárcel por matar a su exmujer a mazazos en agosto de 2009 en Coristanco fue puesto en libertad porque padece una enfermedad terminal. Instituciones Penitenciarias autorizó el tercer grado del sospechoso basándose en un artículo del reglamento penitenciario que indica que es "conveniente" poner en libertad, "por razones humanitarias y de dignidad", a las personas "enfermas muy graves con padecimientos incurables" que estén internas en prisión. El procesado, que confesó el crimen, permaneció en la cárcel desde agosto de 2009 hasta este mes.

El asesinato sucedió en la vivienda de la fallecida, que pese a estar separada del imputado, lo acogía en su casa de Coristanco porque le daba "pena" y consideraba que tenía el deber de hacerlo por ser "el padre de sus hijos", según el fiscal.

El día de los hechos, el 7 de agosto de 2009, el homicida y su exesposa, que tenía 74 años, iniciaron una disputa entre las 13.00 y las 14.00 horas en uno de los dormitorios de la casa. Durante el transcurso de la pelea, el condenado salió de la habitación y cogió una maza que había junto a la entrada de la vivienda.

Una vez que se hizo con el arma, regresó al dormitorio y golpeó a su exmujer en el pecho con la maza. La víctima cayó al suelo y pidió auxilio, pero continuó propinándole golpes hasta que la mató. Después, el acusado cogió unas llaves de la casa y cuando la víctima estaba inmóvil en el suelo, se las metió en la boca y le dijo: "Toma, aquí tienes tus llaves, para que me cierres la puerta".

Tras cometer el crimen, el condenado preparó una maleta con sus objetos personales y llamó a un taxista al que conocía para que lo trasladase hasta A Coruña. Durante el trayecto, le confesó que había matado a su ex mujer y le dijo que iba a la ciudad a entregarse a la policía, pero que antes quería tomarse unos vinos en una bodega. El asesino se bajó del vehículo y, sobre las 16.00 horas, se entregó en Os Mallos.