La socióloga Raquel Martínez cree que el sector servicios, que predomina en A Coruña, posibilita que la ciudad aún mantenga una población inmigrante importante y, por tanto, un saldo migratorio positivo. Eso sí, alerta de un aumento de la emigración de jóvenes licenciados a corto plazo.

-¿Cómo interpreta el saldo migratorio positivo de A Coruña?

-La ganancia de población viene motivada porque hay un flujo migratorio internacional positivo. No viene dado porque los coruñeses no se marchen, sino porque hay una llegada de población procedente del extranjero mayor.

-¿Por qué?

-En un contexto de crisis económica es muy esperable que haya migraciones de retorno, y lo cierto es que las hay. Hay unos flujos de salida en toda España, sobre todo desde que empezó la crisis, pero en el caso de A Coruña hay más entradas que salidas.

-¿Por qué se quedan más?

-Las crisis económicas no son las determinantes, en último caso, de todo tipo de migraciones internacionales. Los condiciona, pero no es el único motivo. Siguen existiendo migraciones, pero son distintas. Tienen una raíz más familiar, un componente de reagrupación familiar, que no hay en épocas anteriores.

-¿Ese fenómeno se está dando en A Coruña?

-Cuanto más integrado esté el colectivo migrante en el país de destino, con el paso del tiempo habrá más flujos migratorios de reagrupación familiar que vinculados a la economía. Lo que está pasando ahora es que después de seis o siete años de una intensidad muy acelerada de flujos migratorios en A Coruña lo que viene ahora no es tampoco una migración totalmente vinculada al mercado laboral, sino de reagrupación familiar.

-El inmigrante no huye, entonces, de la situación de crisis.

-No porque haya una crisis económica todos los migrantes se van a ir. La experiencia de otras crisis económicas importantes que hubo hasta ahora, en el siglo XX, nos han demostrado todo lo contrario. La crisis del año 73, del petróleo, en algunos países industrializados, como es el caso de Alemania, donde había muchos gallegos, demostró que muchos de esos regresaron, pero no todos. Otros se quedaron allí y reagruparon allí a sus hijos, incluso en esos contextos de crisis económica. La crisis condiciona más una reducción de nuevas llegadas que de salidas, de retorno.

-¿Miran más la situación económica de su país de origen?

-La vuelta está condicionada por muchos factores, pero desde luego está más condicionada por la situación en el país de origen que la crisis económica en el país donde se trabaja. El gran problema de las políticas de retorno que se han hecho en España desde 2008 para fomentar el retorno voluntario es que no tienen en cuenta la situación de los países de origen. Si no tienes en cuenta esa situación, esas políticas son siempre un fracaso.

-¿El tipo de sector económico predominante en la ciudad también influye en los retornos?

-No todos los sectores de actividad están en crisis económica, el de servicios no lo está. Y en este sector es al que se incorpora un alto porcentaje de población migrante en A Coruña. El servicio doméstico, de cuidados a personas mayores, enfermos y niños, están copados por personas migrantes y eso todavía permanece.

-Esta podría ser la diferencia de que Vigo pierda habitantes.

-Las pérdidas de Vigo proceden de que no llega el flujo migratorio que llega a A Coruña extranjero. Es una ciudad industrial, más que A Coruña. Pero también está motivado porque en Vigo, la composición de la migración es distinta a la de A Coruña.

-¿Cuáles son las diferencias?

-En Vigo fundamentalmente el mayor porcentaje de inmigrantes son procedentes de Portugal, porque es ciudad fronteriza, y estos trabajan en la construcción y la industria, el coste de regresar para los portugueses es mucho menor que para un brasileño o un colombiano. En A Coruña los porcentajes mayoritarios de inmigrantes son de Brasil, Colombia y Perú y Senegal. Las principales nacionalidades son latinoamericanas y esas migraciones son fundamentalmente femeninas, porque aquí necesitamos mano de obra en el sector servicios, doméstico y cuidados personales, que es donde trabajan las mujeres, y por eso viene una población latinoamericana.

-Y, en cuanto a la emigración, no existe tanta salida de jóvenes como se comenta en el resto de España.

-En A Coruña no es un flujo tan fuerte, pero hay que revisarlo porque sí es verdad que va a ir aumentando, sobre todo entre los jóvenes formados, con un nivel de estudios mayores. También se debe al sector servicios, porque en A Coruña no se ha destruido tanto empleo como en las ciudades más industriales. Y en Galicia no se ha destruido tanto como en otras comunidades del Estado. En Galicia la tasa del paro es menor que la media estatal y eso hace que las migraciones tampoco sean tan elevadas.

-Y la emigración interna, a las comarcas, ¿se debe al precio de la vivienda en la ciudad?

-Ya no sólo es el precio sino lo que obtienes al mismo precio. Hay una cultura de asentamiento entre los jóvenes de que la casa, cuanto más grande mejor, con garaje y trastero, y eso lo puedes obtener al mismo precio que una casa en A Coruña sin ascensor, sin esas comodidades. Lo que se está primando es la comodidad. No les importa vivir en una zona deprimida o deteriorada si tienen esas comodidades. Esto derivó, al mismo tiempo, en un declive de los barrios de la ciudad, que cada vez están más envejecidos.

-A la vista de los datos de 2010, ¿qué previsión podría hacer para este año?

-Las dos tendencias van a ser el aumento del flujo migratorio de coruñeses hacia el exterior, buscando unas mejores oportunidades laborales, profesionales y sociales, y una reducción de las llegadas de extranjeros, como se han venido produciendo y, por lo tanto, que la ganancia de la población en la ciudad de A Coruña va a estar más condicionada por el comportamiento migratorio de la población extranjera que de la población coruñesa.