Entre los propósitos de año nuevo de los miembros de la corporación no está incluido el respeto al contrincante político, o al menos, no se percibió ayer, en el primer pleno municipal del año. Hasta en dos ocasiones se oyeron gritos acalorados en la sesión por parte de las bancadas del PSOE y el BNG en contestación a las duras declaraciones del portavoz del Gobierno local, Julio Flores. Horas después de la sesión, los grupos mostraban su malestar por la situación, aunque ninguno de los tres hacía autocrítica por los desaires que se observaron en el salón de plenos municipal.

El primero de los enfrentamientos surgió al hilo de una pregunta oral del BNG, en la que el grupo de la oposición exigía el control por parte del Concello de las medidas de seguridad del centro comercial Los Cantones Village, tras losaccidentes de dos jóvenes en dos escaleras del recinto en el último mes, uno de ellos con resultado de muerte. Flores contestó al requerimiento nacionalista que el Gobierno local esperará al resultado de las investigaciones de la Policía Nacional para adoptar medidas, aunque asegura que el plan de autoprotección está en regla y solo falta que se envíe al Ayuntamiento en formato digital.

Para finalizar su intervención el concejal popular calificó de "miserable" que el portavoz del BNG, Xosé Manuel Carril, utilizase la "tragedia" como "arma arrojadiza" contra el Ejecutivo municipal. El nacionalista, que no tenía turno de palabra, vociferó en contra de Flores, asegurando que "en ningún momento" se mentaban en el documento los incidentes. "No me falte al respeto", gritó Carril ante las acusaciones. Fuentes del Gobierno local aseguran que, entre las palabras del portavoz de la oposición, se escucharon insultos como "malnacido" y "fascista".

El otro sobresalto de la mañana provino de las filas socialistas, cuando el también concejal de Movilidad les dedicaba la siguiente frase, en referencia a la denuncia de que, con la retirada del carril bus, se estaban incumpliendo las frecuencias de los buses urbanos: "Paraganarse mi respeto tienen que respetar primero a los ciudadanos y no alarmarlos". La portavoz del PSOE, Mar Barcón, exigió al alcalde, Carlos Negreira, justamente "respeto" por parte del popular y le recordó que tiene "la obligación de amparar a todos los grupos".

También el BNG censuró el "papel" del regidor en los conflictos, lamentando que Negreira permitiera "dirigir falsas acusaciones, perdiendo así la función de moderador del debate que debe tener en los plenos y renunciando a defender los derechos de todos los concejales conrepresentación en el Concello". Además, calificó de "desafortunadas" y "lamentables" las palabras de Flores, y este tildó la discusión con socialistas y nacionalistas de "espectáculo bochornoso".

El concejal de Esquerda Unida-Os Verdes, César Santiso, al margen de ambas disputas, mostró su preocupación por la elevación del tono de voz en la sesión de ayer. "Sentí vergüenza de formar parte de la corporación por el lamentable espectáculo vivido, espero que no se vuelva a repetir", explicó, y pidió que los cargos públicos den "ejemplo" de comportamiento.

Los trabajadores de la Torre de Hércules -algunos de ellos presentes en la sesión- también protagonizaron otro momento tenso del pleno. Tras las críticas de la concejala de Turismo, María Luisa Cid, a la huelga de hambre que mantuvieron los empleados, encerrados en el faro para exigir el mantenimiento de los puestos de trabajo, el concejal socialista, Jesús Fernández, le reprochó su mención a las personas que acuden a la Cocina Económica: "Utiliza esa institución para humillar y desprestigiar a un grupo de trabajadores". Cid, que insistió en que el Concello no puede obligar a la empresa que gane el concurso de gestión de la Torre a contratar a la plantilla, dijo que sus palabras se habían "manipulado".

En el primer pleno del año también se aprobó una moción del PP que sorprendió a todos los grupos aunque, pese a las críticas, fue aprobada con la abstención de EU-Os Verdes. Las placas que se colocan en las obras públicas cuando se inauguran no estarán personalizadas, es decir, no contendrán el nombre del alcalde y sí una referencia general al Concello. El concejal de EU-Os Verdes, César Santiso, afirmó que es "bastante más importante" retirar la simbología franquista de las calles de la ciudad y también el edil del PSOE José Nogueira apuntó que esta cuestión no está "en la lista de prioridades" de su grupo. El nacionalista Xosé Manuel Carril pidió que se retiren las placas ya colocadas, como la dedicada en el paseo marítimo al exalcalde Vázquez.