La intervención de José Antonio Villamor el pasado 27 de enero en la playa del Orzán no pasó desapercibida en Friol, la localidad lucense en la que había nacido este miembro del Cuerpo Nacional de Policía que falleció junto con otros dos compañeros cuando trataba de rescatar a un joven, que también desapareció en el mar del Orzán.

El pabellón polideportivo del municipio se llenó de vecinos -más de medio millar, según el alcalde- para asistir al funeral por su alma, celebrado después de que su cuerpo fuese hallado el pasado jueves a corta distancia del lugar en el que fue arrebatado por las olas.

Al igual que Javier López y Rodrigo Maseda, los otros dos policías que perecieron en el frustrado rescate del estudiante Tomas Velicky, José Antonio Villamor recibió ayer a título póstumo la medalla de oro al mérito policial, la más alta condecoración que se entrega a un agente.

Ignacio Cosidó, director general de la Policía, calificó de "acto de heroísmo" la intervención de los tres policías que dieron su vida en el intento de recuperar al universitario eslovaco. La medalla entregada a Villamor es para Cosidó "de justicia" debido a su actuación, a lo que añadió que con esta distinción el Cuerpo Nacional de Policía trata de "resaltar el ejemplo y el estímulo que supone este heroísmo" para los agentes y la ciudadanía.

El director general agradeció la labor realizada por todas las administraciones para recuperar los cuerpos de los tres policías, ya que su rescate supuso "un gran alivio para las familias", tras lo que extendió su gratitud a todos los españoles por el cariño demostrado hacia los agentes.

El secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa, que también acudió al funeral celebrado en Friol, expresó a la familia de Villamor el pésame del Rey; del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; y del ministro del Interior, Jorge Fernández. Por parte de la Xunta, el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, manifestó a los allegados del policía fallecido su "reconocimiento y admiración por su acto heroico".

Para el alcalde de Friol, Antonio Muíña, el funeral fue un acto "muy entrañable", en el que puso de relieve la asistencia de numerosos altos cargos de la policía y la Guardia Civil, así como de las instituciones políticas. El entierro del agente se llevó a cabo tras la ceremonia religiosa en el cementerio parroquial de Pacio en la intimidad, "por petición expresa de la familia", según explicó el regidor.