El hombre de 33 años acusado de disparar contra un joven con el que había discutido y contra los policías que lo arrestaron en el centro de la ciudad durante la madrugada del 3 de mayo de 2009 negó ayer durante el juicio haber tiroteado a los agentes. El imputado sostuvo que disparó al aire para "asustar" a un chico que le había llamado "facha" porque llevaba una camiseta con la bandera de España.

El afectado, según el relato del sospechoso, estaba con un grupo de amigos "tirando contenedores, haciendo una barricada en la carretera y arrancando señales de tráfico". El imputado declaró que les recriminó su actitud, pero que lo ignoraron y lo insultaron. "Me sentí rabioso e impotente y corrí a casa para coger la escopeta de mi abuelo, que había fallecido, para darles un susto. No sabía si estaba cargada. Al verme, me tiraron vasos, y disparé al aire", reconoció el acusado, quien recalcó que en ningún momento tuvo intención de matar a nadie: "Una chica me agarró la escopeta por delante. Si hubiese querido, hubiese disparado".

El procesado, para el que el fiscal solicita una condena de siete años y medio de cárcel, contó que cuando se percató de "lo que hacía", se fue para su casa, situada en la calle de la Estrella. "La policía tardó unos veinte minutos en venir. Ya estaba en pijama haciéndome un filete", aseguró. A continuación, destacó que los agentes lo arrastraron por los pelos. El sospechoso afirmó que la pandilla de jóvenes que presuntamente estaba causando desperfectos en el mobiliario público lo agredió y presentó un parte médico de lesiones en la cara y en los brazos.

El afectado contra el que supuestamente disparó, relató ayer durante la vista oral que estaba "jugando" con unas vallas en las inmediaciones de la calle Vista. "Se me acercó una persona y me dijo que me iba a dar un consejo y que parara con las vallas, pero no seguí el consejo. Me fijé y me pareció que tenía un puño americano y, al rato, volvió con una escopeta. Venía hacia mí y me escondí en un bar. Hizo uno o dos disparos a menos de diez metros", señaló la víctima, que aseguró que se quedó "en shock" cuando escuchó los tiros. El joven negó que él o sus amigos golpeasen al procesado. Su novia corroboró su versión y reconoció que ella se le acercó cuando portaba el arma y que le propinó un empujón porque perseguía a su pareja.

El propietario del establecimiento de la zona en el que se refugió la víctima y algunos transeúntes testificó que observó cómo un joven con una escopeta en la mano se dirigía hacia la calle de la Estrella. Los agentes de la Policía Local que lo arrestaron contaron que los alertaron de que un hombre estaba disparando, por lo que se bajaron del vehículo para comprobar si tenían chalecos antibalas. Los funcionarios carecían del material, pero afirmaron que, aún así, decidieron actuar porque "la gente estaba atemorizada".

Los policías sostuvieron que localizaron el domicilio del sospechoso porque los viandantes les iban diciendo hacia dónde se dirigía. En la vivienda estaba una mujer, que les preguntó qué había pasado con su hijo. "Nos autorizó a entrar en la casa y lo detuvimos en el rellano", señalaron los funcionarios. Uno de los agentes aseguró que escuchó una detonación, mientras que otro dijo que solo los había encañonado.

La madre del joven testificó que esa madrugada su hijo había llegado "muy mal por el alcohol" y destacó que estaba recibiendo tratamiento porque consumía sustancias estupefacientes. "Ahora está bien", recalcó. El abogado que ejerce la defensa del procesado, José Manuel del Río, solicitó en sus conclusiones provisionales que su cliente sea condenado a un año de cárcel por cometer un delito de tenencia ilícita de armas y otro de amenazas no condicionales. El letrado pidió al juez que tenga en cuenta a la hora de dictar la pena la atenuante de arrebato.

El fiscal demanda al magistrado que le imponga siete años y medio de cárcel por cometer un delito de tenencia ilícita de armas, ya que carecía de permiso para tener la escopeta, de lesiones con instrumento peligroso en grado de tentativa, de atentado y de lesiones en grado de tentativa.