El jefe de estudios del colegio Liceo la Paz se sentará en el banquillo de los acusados por el fallecimiento en el centro de Diego Novo, un niño de cuatro años, el 30 de marzo de 2009, durante una clase de natación. La magistrada del Juzgado de Instrucción número 3 de A Coruña, que es la que investigó los hechos, admitió la solicitud del abogado que representa a la familia de la víctima, José Luis Gutiérrez Aranguren, quien reclamó la imputación del jefe de estudios, a la que se opuso la Fiscalía.

El fiscal exige que el socorrista, la monitora, el coordinador de actividades, el director técnico y los dos propietarios del centro sean condenados por cometer un delito de homicidio imprudente a penas que oscilan entre los tres y cuatro años de prisión. El representante del Ministerio público demandaba que los sospechosos fueran condenados a pagar 150.000 euros, pero la familia del pequeño renunció a toda indemnización que pudiera corresponderle por su muerte.

La acusación particular, es decir, el letrado de las víctimas, atribuye a los siete acusados un delito de homicidio por imprudencia grave por el que solicita que sean condenados a cuatro años de cárcel. De este modo, pide un año más de prisión que la Fiscalía para los coordinadores y propietarios del colegio, e implica al jefe de estudios.

La juez que instruyó el caso recibió los escritos de acusación del Ministerio público y del abogado de la familia de la víctima, por lo que ya emitió el auto de apertura de juicio. La fecha de la vista se fijará una vez que los letrados de los imputados realicen sus escritos de defensa.

El jefe de estudios del Liceo sostuvo durante la declaración que prestó ante la magistrada en fase de investigación de los hechos que carece de responsabilidad en la piscina cuando se desarrollan "actividades complementarias, no académicas". El directivo subrayó que el "especialista" en normas de seguridad es el coordinador de las instalaciones, a quien también corresponde, según el jefe de estudios, realizar el horario de la actividad y supervisar las sustituciones de monitores. El imputado recalcó que el día en el que falleció el niño en la piscina se desarrollaba una actividad complementaria y negó que fuese una clase de educación física, en cuyo caso reconoció que sí sería responsable. Además, testificó que no es cierto que sea el superior jerárquico del coordinador y que el círculo deportivo del colegio está a cargo de los propietarios del Liceo. La familia del menor, sin embargo, insistió en la responsabilidad del jefe de estudios. La titular del Juzgado de Instrucción número 3 detectó indicios de que puede ser autor de un delito de homicidio imprudente, por lo que será juzgado junto con los otros seis imputados.