Era 1999 cuando Manuel Fraga presentó al Gobierno central el primer mapa para el enlace de la AP-9 con el aeropuerto de Alvedro. Los 200 metros de carretera son uno de los peores partos de infraestructuras que ha tenido la ciudad. Y sin novedad en el frente para este vial, que no requiere de excesiva inversión en comparación con otras obras, pero sí de mucha voluntad y compenetración entre el Ministerio de Fomento, la Xunta y la concesionaria del peaje. El Gobierno gallego solo consignó 20.000 simbólicos euros a la conexión coruñesa en los presupuestos para este año. Mientras, el Diario Oficial de Galicia publicaba ayer el listado de terrenos que la Consellería de Medio Ambiente va a expropiar para enlazar la misma autopista con la Cidade da Cultura, aún sin finalizar. Lo hacen ahora, dicen, para coordinar esta actuación con la ampliación de Fomento de los accesos de AP-9 a su paso por Santiago, algo por lo que A Coruña también tiene que esperar.

El Gobierno local coruñés pone todas sus esperanzas en la llegada del Partido Popular a La Moncloa para desbloquear la conexión. El alcalde dio por buena la consignación de 20.000 euros en los presupuestos autonómicos. Entiende que permiten "recuperar" la idea del proyecto y aseguró, antes de las elecciones generales, que había pedido personalmente avances para estos 200 metros de enlace con el aeropuerto cullerdense.

El proyecto requiere un acuerdo y coordinación entre la Xunta y Fomento -de quien dependen las competencias del aeropuerto- y de que estas negocien con la concesionaria de la autopista, Audasa, tal y como lo hicieron para ampliar los accesos de Vigo y Santiago. Pero lo cierto es que ningún cambio de gobierno ha conseguido que este proyecto avance, ni con colores afines ni con fuerzas opuestas en Madrid y en San Caetano.

El último enfrentamiento se vivió con la Xunta del Partido Popular y el Gobierno central socialista. Mientras la Consellería de Medio Ambiente alegaba que su intención era facilitar la conexión, tanto de entrada como de salida, el alcalde y Fomento acusaban a la Xunta de querer solo hacer un enlace con dirección entrada. Fue algo que el área de Agustín Hernández negó devolviendo la responsabilidad a Fomento y a las trabas de la negociación con Audasa. Ambas administraciones siempre pusieron como condicionante la rentabilidad de la concesionaria.

Mientras el proyecto coruñés no fue capaz de superar la fase embrionaria en 13 años, la Cidade da Cultura aún en obras y sin horizonte para su fin ve ya cómo se gesta la conexión con la autopista. La Xunta inició ayer el periodo de exposición pública del trazado que enlazará el Gaiás, cuyo coste estimado será de siete millones de euros. El vial también permitirá el enlace con el complejo cultural y el aeropuerto de Lavacolla.

La ampliación de este enlace está sujeta a la ampliación de la capacidad de la autopista en Santiago. Han de estar coordinadas, dice la Consellería, para "optimizar la inversión y reducir el coste total de las obras".

El Ministerio de Fomento, dirigido por José Blanco, aprobó un decreto antes de las elecciones para ampliar los accesos de la AP-9 en Santiago y Vigo y que excluyó a A Coruña. Se llegó a un acuerdo económico con la concesionaria que le permitía subir los peajes en todo el vial, incluida la zona norte, como compensación. La Xunta estudia ahora ese decreto, a petición de Negreira, para que los peajes de A Coruña y Ferrol no asuman ese cargo o se lleven alguna contraprestación.