La inversión en obra nueva en los campus coruñeses "queda paralizada a la espera de una mejor coyuntura económica". En un contexto "mucho más desfavorable del que se preveía", la Universidade da Coruña debe renunciar a la ampliación de las infraestructuras académicas y ajustar el capítulo de gasto corriente un 6,7% para que otros apartados, como las becas y la inversión en investigación, sufran menos las consecuencias de la "bajada sostenida en la financiación pública". Los responsables universitarios presentaron ayer el presupuesto de 2012, el primero del nuevo equipo rectoral de Xosé Luis Armesto. Es de 123,3 millones, un 4,9% menos que el año anterior y que cae hasta los niveles de 2008.

El equipo rectoral ha decidido aplicar los ajustes "más importantes" en el capítulo de gastos corrientes y en el de infraestructuras, según explicó ayer en rueda de prensa la vicerrectora de Planificación Económica e Infraestruturas, Amalia Blanco, acompañada por el rector. "El ajuste fuerte está en la inversión nueva", explicó Blanco, "con un 50% menos". Armesto defendió que estas cuentas, condicionadas por la coyuntura económica, tratan de "adaptarse" y avanzar en los criterios de investigación y transferencia que priman en el reparto de fondos que hace la Xunta en el Sistema Universitario Galego (SUG).

La vicerrectora matiza que, aunque no haya obra nueva, sí se invertirán algo más de 700.000 euros para obras de reforma para adaptar las facultades y otros centros académicos a las exigencias del Espacio Europeo de Educación Superior y mejorar la accesibilidad a personas con movilidad reducida. "Obra nueva no va haber con cargo a este presupuesto", avanzó Blanco, "lo que se hacen son inversiones de adaptación o el arreglo de fachadas seriamente deterioradas". La responsable académica relata que las obras que están en curso "son con cargo a presupuestos anteriores".

Frente a los recortes en estas partidas, la vicerrectora señala que se ha "priorizado" el capítulo de personal (que se congela), las becas y la "internacionalización", esto es, el apoyo a la movilidad de estudiantes y profesores, con participación en programas internacionales para "establecer vínculos tanto docentes como investigadores".

El descenso en los fondos para investigación, del 3%, es menor que el de otras partidas y los proyectos científicos financiados serán 141, cuatro más que en 2011. De los 4.608.190 euros que se invirtieron en el pasado ejercicio se ha pasado a los 4.469.557 euros. Blanco asegura que los presupuestos pretenden "incrementar la calidad cambiando las bases del presupuesto".

Una de las novedades en este sentido es la financiación para los grupos de investigación que se otorgará según la "valoración externa" de la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP), dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad. El Rectorado ofrece una nueva "estructura" a los investigadores que se adapte mejor a sus necesidades. Así, los grupos podrán disponer del dinero durante tres años, decidiendo la aportación en cada uno de los ejercicios para que sea lo más eficaz posible.

Una vez más, el rector coruñés reprochó el reparto "injusto" de fondos en el plan de financiación del Sistema Universitario Galego, en el que la peor parada fue la institución coruñesa. Armesto criticó que se subestimaron los criterios que favorecían a A Coruña como el papel de la docencia, el número de estudiantes y la gestión económica eficiente. "Es una trato injusto porque A Coruña no tiene deuda, no recurre a deuda, es una institución saneada y sostenible que paga a sus proveedores en 30 días y eso no fue reconocido", insistió a preguntas de los periodistas. Destacan que, gracias a eso, la Universidad puede recurrir a fondos propios para "minorar o suavizar" la "bajada sostenida" de la financiación pública.