El presupuesto de la Universidade da Coruña vuelve a los niveles del inicio de la crisis y los recortes amenazan con condicionar su crecimiento. Los equipos académicos señalaron tanto en pasados años como en este 2012 que han sido los recursos propios y el "esfuerzo interno" los que han evitado graves caídas en la investigación y en las becas ante la "sostenida bajada" de la financiación pública. Advierten de que la cuerda se podrá tensar hasta un límite. Los campus coruñeses son los peores parados en el reparto de fondos de la Xunta entre las tres universidades. Además, en el replanteamiento de lo público que se impone en la actualidad, la educación superior ya está en la agenda de las reformas.

La adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior ha marcado el devenir de la Universidade da Coruña en los últimos años, que ahora tendrá que convivir con un contexto económico "extremadamente desfavorable", según los redactores de los presupuestos para 2012 presentados esta semana. Estas cuentas son fiel reflejo de la situación, al sufrir un descenso del 4,9% sobre la cifra de 2011. Al poner la lupa a la letra pequeña de estos 123,3 millones, se descubren los capítulos donde la universidad ha elegido apretarse el cinturón.

Como la mayoría de las administraciones, los gastos corrientes son el primero de los objetivos, un 6,7% menos que en el presupuesto del ejercicio anterior. En esta línea descendente, las inversiones reales se reducen un 29,9%. Dentro de ellas hay dos capítulos fundamentales: las infraestructuras y la investigación. En su decisión sobre dónde meter tijera, el equipo rectoral las trata de forma diferente. Por un lado, desaparece la obra nueva y, por otro, las previsiones para gastar en investigación solo caen un 3%.

No habrá nuevos edificios -se evitan nuevos problemas con el tema de las licencias aún por arreglar- y solo se completarán los que ya están en marcha con cargo al presupuesto anterior. Hay reservado algo más de 700.000 euros para reformar edificios y adaptarlos a las necesidades impuestas por Bolonia pero nada de obras nuevas "a la espera de una mejor coyuntura económica".

"Se palía una importante parte de la caída recurriendo a fondos propios y a recursos extraordinarios de financiación", informó el equipo de gobierno. En este sentido, se echa mano de cuatro millones de remanente y de otros tres millones por una devolución del IVA que ha pagado recientemente la Agencia Tributaria a la Universidade da Coruña por la compra de material de laboratorio. En 2013 se esperan otros dos millones por este concepto.

La meta de todo esto era "suavizar" las caídas en becas, en investigación, en la internacionalización de la universidad y en todos aquellos aspectos que han mermado la inyección de fondos autonómica en el reparto del Plan de Financiación del Sistema Universitario Galego.

Al menos así lo expresó el rector, Xosé Luis Armesto, en la presentación de los presupuestos en Maestranza el pasado jueves. Reprochó el reparto "injusto" de fondos en el que la UDC fue la peor parada. Insistió en que subestimaron los criterios que favorecían a A Coruña como el papel de la docencia, el crecimiento del alumnado y la gestión económica eficiente. "Es un trato injusto porque A Coruña no tiene deuda y no recurre a ella, es una institución saneada", argumentó el responsable académico coruñés que, como ejemplo, informó de que la UDC tarda solo 30 días de media en pagar a los proveedores.

Por eso, justificó, estos presupuestos han de "adaptarse" a esos criterios para que lleguen más fondos del plan de financiación, en donde, además de la investigación y la transferencia exterior de la universidad, afectó no haber conseguido liderar un campus de excelencia, como sí lo hacen ahora Santiago y Vigo, con proyectos en los que participa A Coruña. En el aire está si habrá otra convocatoria y tendrá una segunda oportunidad.

El rector se mostró preocupado por las decisiones que Gobierno central y autonómico tomen sobre las universidades. Para empezar, la subida de las tasas universitarias, que suponen en torno al 11% de los ingresos totales de la universidad. Al igual que la mayoría de sus homólogos y que la entidad que los agrupa, creen que se puede eliminar el papel de "cohesionador social" que tiene la universidad pública y advierte de que ni siquiera va a revertir en un mejor servicio. Es el Ejecutivo de Rajoy quien establece un abanico de tasas y es el Gobierno gallego quien tiene que tomar una decisión final. Lo hará con unas elecciones autonómicas en menos de un año. Núñez Feijóo, comprometió también esta semana que en Galicia seguirán siendo las más bajas de España.