La detención en la ciudad de doce supuestos estafadores que se dedicaban a inventar accidentes para cobrar el dinero de los seguros ha sacado a la luz algo de lo que las compañías y los profesionales que trabajan para ellas ya habían advertido: el aumento de las denuncias falsas que ha llevado parejo la crisis económica.

El Colegio de Mediadores de Seguros de A Coruña informa de que el último estudio a nivel nacional sobre este tema reveló que, en 2010, la cifra de estas estafas asociadas a accidentes de tráfico había crecido en un 30% y que este dato tiene correlación con lo que ocurre en la ciudad, donde las aseguradores también han detectado un aumento de los engaños.

"La siniestralidad ha bajado, tanto a nivel de empresa como a nivel particular, y, en cambio, el fraude ha crecido", explica el presidente del Colegio de Mediadores de Seguros, Juan Manuel Sánchez-Albornoz, convencido de que noticias como la de las últimas detenciones serán cada vez más frecuentes.

Sánchez-Albornoz comenta que entre los que inventan accidentes están propietarios de vehículos que, al no tener dinero para repararlos o cambiarlos por otros nuevos, optan por tratar de acometer los arreglos a costa del seguro. "Se renuevan menos los vehículos. La gente los tiene más usados y más viejos e intenta meterle un fraude a la aseguradora", comenta el presidente de los mediadores de seguros.

La Guardia Civil había informado de que los doce detenidos poseían supuestamente vehículos que presentaban desperfectos que nada tenían que ver con los hechos que se relataban en las denuncias, hecho que concuerda con lo que manifiestan los profesionales del sector de los seguros.

Los arrestados, siempre según la información facilitada por la Guardia Civil, también simulaban los siniestros con la intención de cobrar por las lesiones personales que atribuían a los mismos y, de hecho, algunos de ellos llegaron a presentarse en el hospital para obtener los partes médicos. Sánchez-Albornoz menciona esta circunstancia en su análisis, aunque añade el caso de los que, aunque no mienten acerca del origen de las lesiones, sí lo hacen sobre la gravedad de las mismas.

"Otro tipo de fraude es el alargamiento de una lesión o de una baja, es decir, que alguien que tiene un accidente trate de alargar la baja diciendo que estuvo más días o de aparentar que tiene lesiones de por vida", relata el presidente del Colegio de Mediadores de Seguros, que advierte de que cada vez es más frecuente que las aseguradores contraten detectives para controlar la actividad de quienes están de baja.

Lo habitual en este tipo de fraudes, según los mediadores, es que en ellos participen varias personas, es decir, que quien formula la denuncia del siniestro cuente con la colaboración de otros, ya sean amigos, trabajadores de talleres o peritos. Los doce arrestados en la ciudad, que lograron estafar a las aseguradoras una cantidad próxima a los 60.000 euros, colaboraron entre sí en la invención de unos siniestros que, en todos los casos, presentaban las mismas características: todos los falsos accidentes habían ocurrido por colisiones entre dos vehículos en rotondas de la ciudad, todas ellas en las proximidades del domicilio de alguno de los acusados.

Sánchez-Albornoz recuerda que la proliferación de estafas no solo redunda en un perjuicio para las empresas aseguradoras, sino también para los clientes, que se verán obligados a pagar precios más altos por las pólizas debido a la necesidad de las compañías de compensar las pérdidas por las indemnizaciones que pagan a causa de engaños. "Los seguros suben porque estamos pagando indemnizaciones que no corresponden", lamenta.