La cifra desbordó cualquier previsión. Más de 2,6 millones de euros pagó ayer un comprador de identidad desconocida por una de las obras que Picasso pintó a los 13 años en A Coruña, en plena explosión creativa durante los últimos meses que el genio malagueño pasó en la ciudad. Ocurrió ayer por la tarde en una subasta en Londres, en la sala Christie's, cuya previsión inicial era de que la pieza se vendiese por un precio de entre 123.000 y 185.000 euros. El óleo de récord es Retrato de Modesto Castilla disfrazado de moro (1895), procedente de la herencia del primer mecenas de Picasso, el doctor Pérez Costales.

La casa de subastas londinense estimaba que el precio de venta estaría entre las 100.000 y las 150.000 libras esterlinas, quince y veinte veces menos que el abrumador resultado final de la puja por el cuadro, reflejo de la soltura que demostraba con solo 13 años y autenticado por una de las hijas del pintor, Maya Picasso.

El óleo pintado en lienzo es un retrato de Modesto Castilla y Casal, que residía en una mansión frente a la vivienda en la que se instaló la familia del pintor durante su estancia en A Coruña entre 1891 y 1895, en el segundo piso del número 14 de Payo Gómez. En los últimos años de su vida, Picasso recordaba haber pintado este retrato al "hijo natural" -fuera del matrimonio- del doctor Ramón Pérez Costales. Fue este médico, natural de Oviedo y que había sido ministro de Fomento y Bellas Artes en la I República, el primer mecenas del artista, además de conocido benefactor, entre otros asuntos, por reflotar la Cocina Económica.

Hay que remontarse a la herencia del médico para seguir el rastro de este retrato de récord hasta la subasta de ayer de Christie's. Según relataba el crítico de arte coruñés Paco Tudela, el doctor Pérez Costales falleció sin herederos y dejó el legado a la criada. Entre finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta, recuerda Tudela, fue adquirido por el pintor coruñés José María de Labra. "Según supe después, lo vendió a un museo alemán", señalaba el crítico en 2008 en una entrevista a este periódico.

La huella del retrato de Modesto Castilla vuelve a aparecer en el año 1964, en manos de un coleccionista inglés de nombre M. Bruh. Fueron los herederos de este británico quienes lo sacaron ahora a la luz pública para venderlo.

Es excepcional el precio pero también lo es la subasta de una obra del Picasso preadolescente en A Coruña, pues la inmensa mayoría de las piezas de la etapa está en manos de los descencientes del pintor o en varios museos, principalmente, el Museu Picasso de Barcelona.

El catedrático de la Sam Houston State University en Texas y creador del Online Picasso Project, Enrique Mallen, auguraba en una entrevista en 2010 que varias obras coruñesas de Picasso iban a ir saliendo poco a poco a la luz. "A mí personalmente me han llegado noticias de varios retratos coruñeses que aún están en proceso de certificación por los herederos del artista", indicaba.

Y es que en 23 años constan solo tres subastas de obras coruñesas del artista malagueño y con precios sustancialmente inferiores a los 2,6 millones que resultaron de la puja de la tarde de ayer. En 1989 un grupo de coleccionistas compraron en una subasta en la casa Christie's de Nueva York la jofaina Vinos del Rivero (1895), adjudicada por algo más de 45.000 euros. En 2000, otro coleccionista ganó una puja de 71.000 euros en el Sotheby's de Londres por el óleo Casa de Campo (1894). En 2002, la Fundación Caixa Galicia compró a la galería española Guillermo de Osma Escena popular gallega / Caricatura de toro y torero (1985), dos dibujos realizados en el anverso y reverso del mismo papel por los que abonó, según se hizo público, 100.000 euros.

Hay noticia de una cuarta venta de un picasso supuestamente coruñés, que fue adquirido por un coleccionista extranjero en Barcelona en diciembre de 2010. Es la llamada Maternidad, que pintó a los 13 años, como el cuadro subastado ayer. Es un año que califica como clave uno de los grandes biógrafos del malagueño, John Richardson, tras la muerte de su hermana, cuando "sin duda la capacidad y la pericia de Pablo aumentaron de inmediato". Considera el grupo de retratos de la época como "las primeras obras de arte" de Picasso. Palau i Fabre, estudioso pionero en valorar la etapa coruñesa del genio, calcula que hay unas quince o veinte telas, que considera como "las primeras obras adultas" del artista.